Editoriales

El valor de la congruencia

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 12 NOVIEMBRE 2020
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El valor de la congruencia

El español es un idioma maravilloso y con un poco de licencia, podría decirse que preciso. Por ejemplo, bastan unas cuantas palabritas pequeñas, monosílabos, para determinar género y número del sustantivo, al que pueden sustituir cuando se convierten en pronombres. Se habla, claro, de los artículos: el, la, los las, lo que hace referencia al neutro, llamados artículos determinados y un, una, unos, unas, en el caso de los indeterminados. Aún así, se dan casos de confusión, como cuando se dice un 15/11/2020.

Si hubiera muchos quinces de noviembre del año 2020 de la Era Cristiana, entonces sí podría hacerse referencia a alguno de ellos, utilizando el artículo indeterminado un; pero, como se trata de una fecha irrepetible según el Calendario Gregoriano, entonces debe ser precedida por el artículo determinado el.

Así ocurre con muchas cosas que se toman como válidas por una simple apreciación. Otro ejemplo es que, con harta frecuencia, en los medios se reproducen declaraciones de voceros que piden anonimato. 

¿Qué valor pueden tener las palabras de quien no se atreve a respaldarlas con su nombre? ¡Ninguno! Tal es el caso de la nota del New York Times que arremete en contra de la funcionaria responsable de administrar la transición presidencial porque no ha querido iniciar los trámites a días de la elección. 

Argumentan los voceros que pidieron no mencionar su nombre que el candidato demócrata Joe Biden es el ganador del proceso electoral, y declaran furiosos que: "Han pasado tres días desde que los medios de comunicación proyectaron que él es el ganador de la elección y Murphy no ha actuado".

Sería interesante conocer el nombre de esos voceros que, tratando de defender su causa, admiten que el triunfo del demócrata es un madruguete ideado por los medios de comunicación que forman parte de los poderosos corporativos que dominan la economía mundial e imponen modas y modos de vida a quienes en este planeta viven y trabajan. Las catedrales argumentativas se desploman, como los edificios muy lujosos, pero con cimientos endebles, ante la aceptación tácita de que el asunto es simple pantomima.

Esa es la razón, simple y llana, por la cual Emily W. Murphy, actual responsable de Administración de Servicios Generales, se ha negado a emitir la carta de verificación que podría permitir al equipo de transición de Biden comenzar la transferencia de poder. Por ley, Murphy, quien encabeza a la extensa dependencia que mantiene el funcionamiento del gobierno federal, debe reconocer oficialmente que Biden es el presidente entrante y así dar por iniciada su transición. Pero, no puede hacerlo por la misma ley.

Fuera del cerrado grupo que mantiene intereses particulares que cuidar, todos saben que el proceso de elección no ha concluido y que será hasta el 14 de diciembre cuando se reúna el Colegio Electoral para entregar la carta de ganador a quien así lo amerite según los cómputos de los comisarios provenientes de los cincuenta estados de la Unión Americana más el Distrito de Columbia. Hasta entonces, como afirman los clásicos, la moneda está en el aire. Una prueba contundente de ello es que ayer los republicanos ganaron Carolina del Norte y Alaska, en tanto que Georgia se va a una segunda vuelta.

Esa es la razón por la que la Sra. Murphy no ha podido atender el reclamo vía Twitter de Jen Psaki quien fue la directora de comunicaciones de la Casa Blanca entre 2015 y enero de 2017 y anteriormente se desempeñó como portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, quien asegura que: "Ahora que la elección se ha definido de manera independiente a favor de Joe Biden, espero que la administradora de la GSA rápidamente verifique a Joe Biden y Kamala Harris como presidente electo y vicepresidenta electa. La seguridad nacional y los intereses económicos de Estados Unidos dependen de que el gobierno federal señale clara y rápidamente que Estados Unidos respetará la voluntad del pueblo estadounidense y se comprometa con una transferencia de poder pacífica y sin complicaciones".

Primero, unos que no dan su nombre dicen que el triunfo de Biden fue proyectado por los medios de comunicación; luego, la exfuncionaria del gobierno del presidente Barak Obama dice que la elección se definió de manera independiente. ¿Y los votantes, los delegados, el Colegio Electoral, lo que dice la Constitución Política de los Estados Unidos de América? ¿Será esta una elección de las televisoras?

Quién gane la presidencia de la nación más poderosa del planeta importa mucho, dado el papel que juega en el ajedrez geopolítico; pero, más, mucho más, importa cómo llega alguno de los candidatos a la presidencia.

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