Editoriales

Con paciencia y saliva

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 03 DICIEMBRE 2020
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Con paciencia y saliva

El primer secretario de Hacienda del régimen salió por peteneras cuando el presidente le pidió hacer más allá de lo posible. Así van saliendo otros que no pueden entender otra forma de sacar a un preso de la cárcel si no es a golpe de billetes. La tarea que debía cumplir el primero era mantener la estabilidad macroeconómica a pesar de la recesión provocada por la crisis que dejó el anterior régimen, con la obligación de no contraer nuevos créditos internos o externos y, además, no crear ni subir impuestos.

Si la tarea le pareció imposible de cumplir, más se habría asustado si alguien le advirtiera sobre la ola de contagios del Covid-19, que se ha convertido en la pandemia que tiene en jaque a los sistemas de salud de todo el mundo. Pues, por más increíble que parezca, el régimen de la Cuarta Transformación ha logrado derribar los molinos de viento de la corrupción con la alabarda del ejercicio ético del poder público, que mantiene enhiesta como el Caballero de la Triste Figura, para hacer que el dinero alcance.

No ha mucho que la Organización para el Comercio y el Desarrollo Económico reconoció que México será de los países que salgan de la crisis sanitaria con mejor posición económica y que la recuperación será menos larga y penosa gracias a las inversiones que están realizando en infraestructura con la concurrencia de la iniciativa privada, y los proyectos específicos para detonar el desarrollo en zonas que tradicionalmente permanecían marginadas. Tehuantepec, Dos Bocas y el Tren Maya serán importantes polos de desarrollo. 

Así mismo, señala que en una región en la que la recaudación tributaria promedio es de 23% del PIB, tasa que está muy lejos de 35% que se tributa en los países OCDE, otorga un limitado espacio para reaccionar ante choques como el actual. La región necesita una mayor tributación progresiva y mejorar la eficiencia del gasto público. Para ello se necesita un cambio en la forma de fiscalizar y transparentar el gasto de manera que el contribuyente perciba con facilidad la ventaja de cumplir con sus impuestos.

En ese sentido, México ha recorrido ya un buen trecho y se ha logrado recuperar un buen bonche de dinero que anteriormente eludían o defraudaban al fisco grandes empresas nacionales y extranjeras. De una forma o de otra, se está avanzando en la normalización del cumplimiento de las obligaciones de carácter tributario y con ello mejorando la disponibilidad de recursos para seguir adelante con la gran tarea de cumplir con los compromisos que la administración pública tiene con la sociedad mexicana.

Ayer mismo, la presidenta de la Comisión Económica para América Latina, Alicia Bárcenas Ibarra, dijo en conferencia de prensa: "En México hay un gran clima de inversión". Explicó que aún cuando se espera que la Inversión Extranjera Directa caiga un 50% en la región, México será uno de los países menos afectados por esta situación; pues, incluso durante el tercer trimestre del año, mostró la menor caída frente a otros países del continente. México lidera la resiliencia en IED en América Latina.

Para apuntalar sus palabras, Bárcenas expuso que mientras México tuvo un descenso interanual, de -6% al tercer trimestre de 2020, en Brasil ese indicador llegó al -45% en el mismo periodo; Chile, -33; Colombia, -50; Perú, -72; Argentina, -35; Centroamérica, -47 y el Caribe, -27. Para explicar este nivel de resiliencia, la líder de la Cepal mencionó el nuevo tratado de libre comercio que firmó México con Estados Unidos y Canadá. "México tiene muchas ventas en la reconfiguración geográfica del mundo".

Pero, además, dijo que el gobierno de AMLO está respondiendo fuertemente a la dinámica empresarial nacional para impulsar proyectos de inversión público-privada en infraestructura, lo que habrá de crear muchas fuentes de empleo al mismo tiempo que finca la bases para un desarrollo armónico de todas las regiones del país, elevando la calidad de vida de la gente e impulsando, con ello la dinámica productiva en los renglones en que el país es competitivo por sus riquezas naturales y envidiable posición geográfica.

Mientras las buenas nuevas abonaban el trabajo que ha venido realizando la actual administración, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que Alfonso Romo deja la coordinación de la Oficina de Presidencia; pero que "seguirá siendo mi principal enlace con el sector privado". Esta salida no es como las otras, toda vez que Romo decidió desempeñarse como funcionario público "solo por tratarse de nosotros. Convenimos que estaría dos años y se cumplió el plazo". Don Alfonso se va satisfecho.

Asegura un viejo y conocido refrán que: "Con paciencia y salivita...". Así ha sido la tarea de la 4T.

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