Editoriales

Ciudades, espacios culturales

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 28 NOVIEMBRE 2020
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Ciudades, espacios culturales

Durante la mayor parte del siglo XX, la frontera norte aportó al acontecer nacional la cultura norteña, de la que, sin lugar a dudas, fueron la música y la danza, impulsadas por el cine, uno de sus máximos exponentes, con figuras emblemáticas como Piporro y Pedro Infante, que respondieron así a las corrientes culturales de Los Altos de Jalisco. El presidente Adolfo López Mateos dio un gran impulso al desarrollo urbano fronterizo y las poblaciones situadas a las márgenes del río Bravo tuvieron un gran auge.

Sin embargo, ni el 'fara-fara' (ni siquiera con Los Relámpagos del Norte), el cabrito y la carne asada, la guaripa, la cuera y las botas lograron que ese estilo resistiera el impacto de la desculturización apoyada en la precarización del trabajo y la llegada de las maquiladoras que no han logrado ser puntal del desarrollo.

Por ello, la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Irina Bokova, presentó el Informe mundial sobre cultura para el desarrollo urbano sostenible, denominado Cultura: futuro urbano; así, evidenció una de las necesidades perentorias de los tiempos, cuando la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, aseguró que la pandemia del coronavirus vino como anillo al dedo, pues ya nada será igual y todo está por hacerse con sentido humano. 

El resumen del documento Las ciudades centradas en las personas son espacios centrados en la cultura, se enfoca en 1.1. Mejorar la habitabilidad de las ciudades y salvaguardar sus identidades: la conservación y protección del patrimonio cultural urbano en todas sus formas deben integrarse en las estrategias de regeneración urbana centradas en las personas para mejorar la habitabilidad de las ciudades, mientras se respetan sus identidades.

1.2. Garantizar la inclusión social en las ciudades a través de la cultura: los responsables de la toma de decisiones deben adoptar políticas proactivas para reconocer y promover la diversidad cultural como un recurso para la inclusión social en las ciudades. 

1.3. Promover la creatividad y la innovación en el desarrollo urbano a través de la cultura: la creatividad y la innovación, incluidas las tecnologías digitales deben ser promovidas, como recursos para el desarrollo urbano sostenible y la mejora de la calidad de vida local. 

1.4. Fomentar la cultura para promover el diálogo y las iniciativas para la consolidación de la paz: la cultura debe ser un elemento fundamental de las iniciativas urbanas para facilitar la cohesión social y el entendimiento mutuo, con el fin de hacer frente a la violencia urbana y contribuir a la construcción de la paz. 

2. Los entornos urbanos de calidad están muy influenciados por la cultura. 2.1. Promover las ciudades a escala humana y de uso mixto en base a lo aprendido de las prácticas de conservación urbana: El patrimonio urbano ofrece ejemplos de zonas urbanas de uso mixto y a escala humana que pueden contribuir a construir modelos de desarrollo urbano sostenible, integrando recursos culturales y naturales. Las autoridades locales deben revisar sus estrategias de desarrollo urbano, aumentando el conocimiento sobre los bienes culturales históricos. 

2.2. Fomentar un entorno edificado y natural habitable: debe salvaguardarse el patrimonio cultural y natural urbano, de modo que las comunidades y las personas puedan crear vínculos con su entorno urbano. 2.3. Mejorar la calidad de los espacios públicos mediante la cultura: la planificación, el diseño y el uso de los espacios públicos deben integrar una perspectiva cultural, basada en el patrimonio y las actividades culturales y creativas, para fomentar la inclusión social. 

2.4. Reforzar la resiliencia urbana a través de soluciones basadas en la cultura: las autoridades locales deben integrar el patrimonio y los conocimientos tradicionales en las estrategias urbanas para atender los problemas medioambientales. 

3. Las ciudades sostenibles requieren una elaboración de políticas integrada, basada en la cultura. 3.1. Regenerar las ciudades y las relaciones entre el medio rural y urbano a través de la integración de la cultura en la planificación urbana: la salvaguardia del patrimonio cultural y la promoción de la creatividad deben ser un elemento fundamental de las estrategias urbanas, desde la fase de planificación hasta su aplicación. Los recursos culturales materiales e inmateriales de los asentamientos deben salvaguardarse para potenciar los beneficios económicos y sociales en un contexto regional más amplio. 

3.2. Potenciar la cultura como recurso sostenible para un desarrollo económico y social inclusivo: los responsables de la toma de decisiones deberían potenciar la cultura para contribuir al desarrollo económico y social local y ofrecer beneficios equitativos para las comunidades e individuos. Además, las autoridades nacionales y locales deben seguir desarrollando indicadores y métodos de recolección de datos sobre el impacto de la cultura a nivel local, con el objetivo de perfeccionar la elaboración de políticas. 

3.3. Promover los procesos participativos a través de la cultura y potenciar el papel de las comunidades en la gobernanza local: la gobernanza urbana basada en la cultura implica compromiso, colaboración, coordinación y sinergia entre las diferentes partes interesadas y a todos los niveles. Una colaboración regional más estrecha entre las ciudades debe ser fomentada para permitir que continúen prosperando juntas. 3.4. Desarrollar modelos financieros innovadores y sostenibles para la cultura:las autoridades locales deben asegurar que la cultura reciba suficiente apoyo financiero con el fin de contribuir al desarrollo económico y social, así como a la habitabilidad urbana.

Frecuentemente, como ahora, se hacen esfuerzos por parte de la administración pública para estimular la cultural y sus manifestaciones más populares a través de las artes, tanto las populares como las de alto nivel a las que se denomina 'bellas artes'. Pero, una golondrina no hace verano y, en ese sentido, habría que incorporar a la región a los planes y programas de la Unesco para llegar en tiempo y forma al cumplimiento de la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030.

No se trata de inventar el hilo negro; simplemente, de recuperar lo que se ha perdido. Recordar que miles de mexicanos venían a la frontera, no para ir al otro lado, sino para incorporarse al desarrollo de la región. 

La ciudad debe recobrar su naturaleza de espacio cultural.

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