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Se anticipan a la campaña y la oposición no dice nada
Pues ahora tenemos vocero y toda la cosa en la Secretaría de Seguridad Pública. Se llama JORGE CUÉLLAR y viene precedido de un amplio curricular.
Pero con todo y el palmarés, eso lógicamente no va a impedir que los malandracos se estén dando a llenar, como está pasando por nuestra maltratada Reynosa, en donde todavía la madrugada de este pasado lunes se escucharon las tristemente famosas peloteras, precedidas del ulular de sirenas y que todavía durante el día el sonido lúgubre sembraba la ciudad y es fecha que nadie explica por qué está pasando esto por nuestra maltratada ciudad.
Ojalá el vocero Cuéllar se estrene en el cargo dando una explicación con base en la información que supuestamente ha de tener, a qué obedece la ya prolongada racha violenta que está sacudiendo a Tamaulipas altiva y heroica.
De veras, merecemos una explicación para tomar las correspondientes precauciones, ya no solamente por las noches se corre en riesgo de quedar en medio del fuego cruzado, esto sin contar con que tampoco estamos exentos de toparnos con un malandraco que ande urgido de billetes o de un vehículo para que nos hagan ver nuestra suerte.
Vaya que si estamos en manos de los delincuentes, que si bien, por su parte, la Guardia Estatal realiza rondines de vigilancia, no sucede así con la llamada Guardia Nacional. Sus patrullas se ven poco por esta ciudad, como también es notable la falta de patrullaje por parte de los soldados.
Cuando se trata de andar dando la vuelta, a como están las cosas, se requiere de trabajos de investigación para dar con aquellos que del delito han hecho su diaria ocupación.
Por esa falta de actividad investigadora es que no se sabe cuántos homicidas se encuentran en las cárceles.
Como lo anoté en otra entrega, los organismos civiles están saliendo muy acuciosos para contar muertos, pero les pasa de noche informarse cuántos responsables de esos homicidios ya están tras las rejas.
Por ello, la importancia de obtener ese número pues oiga usted, si según las cuentas de esos organismos, en el sexenio de López Obrador van más de los 159 mil muertos a causa de la violencia y poco más de 100 mil desaparecidos, al no informar el número de homicidas que ya están sentenciados o esperando la condena, como tampoco se sabe cuántos secuestradores ya están en los reclusorios esperando el castigo correspondiente, nos hace suponer que la impunidad en ambos delitos es gigantesca.
Nada más de pensar que ni el 10 por ciento, lo mismo de homicidios que secuestros se han esclarecido y castigado, a cualquiera la pondría a temblar porque el ciudadano llegaría a la conclusión de que en la calle andan miles de homicidas y secuestradores como Juan por su casa, lo que de paso dejaría de manifiesto el gran riesgo que corre la gente de bien, lo mismo por calles que por carreteras.
Pero ni al gobierno le da por informar sobre estos hechos ni a los organismos privados les ha inquietado obtener por su cuenta esa información. Y así, en medio de toda esa ignorancia es como transcurre la vida de los mexicanos.
De veras, no merecemos tal cosa, pero lo peor es que el presidente López Obrador no tiene interés de dar un sonoro manotazo sobre la mesa exigiendo, lo mismo a fiscalías que a jueces, que cumplan con su obligación.
Por muy autónomos y soberanos que se crean tienen un patrón y es el pueblo, que por un lado es el que les paga y por el otro es el que tiene la facultad de darles tronco por ineptos, para no decirles otra cosa.
Ya basta de invocar autonomías que estamos viendo sólo están sirviendo para encubrir ineptitudes.
Por eso, he escuchado aquí y allá que, al pueblo, que es el pueblo, no le importa en absoluto la suerte de fiscales, jueces, magistrados y ministros. Si los reemplazan, lo harán con otros iguales o, quizás, peores, pero al menos el pueblo experimentaría la satisfacción de ver que se hace justicia con aquellos que han contribuido a la inseguridad.
Así que, señores encargados de la justicia, pónganse las pilas. La advertencia de AMLO de elegir a los titulares del Poder Judicial mediante el voto está más cerca de lo que creen.
La bola ya comenzó a rodar cuesta abajo. Todavía tienen tiempo de detenerla, porque si no, después de junio de 2024 vendrá la inevitable reforma al Poder Judicial, de la cual ni Dios Padre los salvará.
Y en el mundo de la política, aunque los partidos de la coalición se han mostrado complacidos con las reglas que regirán el proceso mediante el cual MORENA elegirá a su candidato presidencial, uno de ellos, específicamente MARCELO EBRARD, dejó escapar de su ronco pecho que, si durante el proceso detecta irregularidades, no solo hablará de ellas, sino que también las denunciará para que se llegue hasta las últimas consecuencias, como dirían los clásicos de la nota policiaca.
En mi personal enfoque, si bien no creo que esto termine como el rosario de Amozoc, si escucharemos algunas protestas por la forma en que se llevaron a cabo las encuestas, trabajo que realizarán firmas que propondrán las propias corcholatas, para luego cotejar los respectivos resultados con los que arrojen la encuestadora de parte del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA, por lo que es lo mismo de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Lo que tiene sorprendido al columnista es que hasta ayer los partidos de la coalición no han protestado por el hecho de que las corcholatas iniciarán sus precampañas rumbo a las encuestas que, aunque le llamen así, no dejan de ser actos anticipados de campaña.
A partir del 19 de junio la corcholatería invadirá la República Mexicana y finalizará el 27 de agosto próximo.
Estamos hablando de más de un mes de actividades proselitistas y los de la oposición no han dicho "esta boca es mía".
Se sabe que ellos, por su lado, también le entrarán al juego, pero como ha venido sucediendo desde el 2018: toman medidas después de atole.
Y es que oiga usted, ¿quién pitos le va a poner atención a la docena cómica?
Y por hoy, BASTA.
Gilberto.banda@hotmail.com
Gilberto.banda@elmanana.com