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En defensa del agua

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 13 DICIEMBRE 2020
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En defensa del agua

Con el avance tecnológico para explotar de manera más adecuada los bienes que provee la naturaleza, la gestión de los recursos naturales se ha venido modificando al correr de los años. Así, la singularidad económica del agua debe verse desde la perspectiva de una economía ecológica, un sentido aristotélico que integra valores sociales, consideraciones ambientales y cuestiones financieras. El agua debería conceptualizarse como un bien ecosocial y no simplemente como un mero factor de la producción.

Por ello, cuando el pasado 7 de diciembre, CME Group lanzó el primer contrato de comercialización de futuros de agua del mundo en la Bolsa de Valores de Nueva York, disque con el pretexto de ayudar a los usuarios de este recurso a gestionar el riesgo y equilibrar mejor las demandas competitivas del suministro en medio de la incertidumbre que generan las sequías graves y las inundaciones, se abrió un abanico de posibilidades con fines de lucro para los corredores bursátiles, en perjuicio de la población. 

De esta suerte, el relator especial de Naciones Unidas sobre derechos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo, alertó en un comunicado de los riesgos de esta práctica. "La cotización del agua en el mercado de futuros de Wall Street, como si se tratara de oro o de petróleo, viola los derechos humanos básicos y hace vulnerable al líquido elemento ante una eventual burbuja especulativa", dijo. Precisamente, el Dr. Arrojo es un destacado Científico de la Universidad de Zaragoza, en temas del agua. 

Agregó que: "No se puede poner un valor al agua como se hace con otros productos básicos comercializados. El agua es de todos y es un bien público. Está estrechamente ligado a todas nuestras vidas y medios de subsistencia, y es un componente esencial para la salud pública. Los futuros de este tipo también podrían atraer a los especuladores, repitiendo la burbuja del mercado de alimentos en 2008. En este contexto, el riesgo radica en que los grandes actores agrícolas e industriales y los servicios públicos a gran escala sean los que puedan comprar, marginando e impactando al sector vulnerable de la economía como los pequeños agricultores. Su valor como derecho humano básico está amenazado".

Por otra parte, al cumplirse ayer sábado el quinto aniversario de la adopción del histórico Acuerdo de París sobre la crisis climática, más de 70 líderes mundiales tomaron parte en una reunión virtual destinada a impulsar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En esta, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterrez expresó que: "¿Alguien puede todavía negar que nos enfrentamos a una emergencia dramática? Es por eso que hoy hago un llamamiento a los líderes de todo el mundo para que declaren un estado de emergencia climática en sus países hasta que se alcance la neutralidad de carbono". Los dos temas dramáticos.

Agregó que ve inaceptable que los miembros del G20, en sus paquetes de rescate, estén gastando un 50 % más en sectores vinculados a la producción y al consumo de combustibles fósiles, que en energías bajas en carbono. Luego expuso que el año 2021 representa una buena oportunidad, si bien inesperada, para arreglar nuestro medio ambiente global y rediseñar las economías, al tiempo que destacó tres principios fundamentales para avanzar en esta dirección. Principios que hasta el momento se han soslayado.

Estos son: En primer lugar, formar una coalición verdaderamente global, en la que todos los miembros de la Organización de las Naciones Unidas, en especial los firmantes del Acuerdo de París, adopten planes con el fin de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050; así como alinear las finanzas globales con el Acuerdo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, finalmente, ayudar a las naciones que ya afrontan los terribles impactos del cambio climático a recuperar la salud de sus ecosistemas.

En los dos casos, se trata de propuestas que tienen como finalidad revertir los estragos provocados por el capitalismo salvaje, que va por el planeta engullendo todo a su paso para acrecentar las fortunas de unos cuantos a los que no bastarían diez vidas para gastar lo que han acumulado despojando a la mayor parte de la población mundial de los derechos más elementales, como el de tener un salario justo.

No hay que olvidar que el agua siendo un recurso natural esencial para la vida humana, también es un medio finito, por lo que los seres que dependen de este recurso enfrentan un desafío: cómo gestionar el agua. Naciones Unidas en 2010 publicó la Resolución 64/292 en la que se reconoció el agua como un derecho. Pese a esta vinculación, en la actualidad, a nivel mundial, existen entidades que usan el agua como uno de los negocios más lucrativos. La diferencia entre la gestión pública o privada son los criterios que se siguen a la hora de gestionar el recurso (la equidad social o el beneficio económico). 

La disyuntiva planteada en los más importantes foros mundiales es si el agua siendo un recurso imprescindible para la vida, un bien de todos y un derecho reconocido, debe convertirse en un negocio que beneficie a unos cuantos, una mercancía sujeta a las leyes del mercado y hasta un commodity de los mercados bursátiles. La pregunta es: ¿Se apuesta por un sistema de agua público, democrático, de calidad, al alcance de cualquier ciudadano o por un sistema privado sometido a las leyes del mercado?

En México, a través de una reforma constitucional al párrafo sexto del artículo 4o., publicada el 8 febrero de 2012 en el Diario Oficial de la Federación, se elevó a rango constitucional el derecho humano al agua y saneamiento; dicho precepto a la letra dice: "Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines".

En vísperas de un año electoral importante para el futuro del país, es necesario que estos temas se traten de manera amplia y bien documentada en los foros políticos, pues, el futuro de la humanidad está en juego, más allá de los efectos derivados de la pandemia.

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