Editoriales

Se acelera el fin

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 25 AGOSTO 2020
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Se acelera el fin

Tirios y troyanos están enfrascados en una estéril discusión de la que nada bueno habrá de surgir.

En el interín, la destrucción del planeta se acelera y se hace más evidente. Quien pretenda desligar la actual pandemia que tiene en vilo a la humanidad, del agotamiento de los mecanismos de recuperación de la naturaleza tiene la misma actitud del avestruz, que mete la cabeza debajo de la tierra para esconderse. Científicamente está probado que el consumismo irracional y la acumulación de bienes, son dañinos.

Recientemente, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha radiografiado los principales problemas ambientales del planeta partiendo del conocimiento científico disponible. Los resultados son alarmantes ¡y nadie se alarma!: Agua dulce. Desde 1970 el 40% de los humedales del planeta han desaparecido. Son unos ecosistemas claves en la lucha contra el cambio climático. Las tierras desertificadas. En 2050 unos 4.000 millones de personas vivirán en tierras desertificadas. La deforestación se ha ralentizado algo pero sigue avanzando en el mundo. Cada año, ocho millones de toneladas de plásticos acaban en los océanos. El 50% de la Gran Barrera de Coral australiana se dañó por la elevación de la temperatura. Los manglares han perdido gran parte de su área de distribución.

Resulta paradójico que, según el propio organismo: "La disminución del consumo de carne y del desperdicio alimentario en países desarrollados y emergentes reducirá en un 50% la necesidad de producir alimentos para los más de 9.000 millones de habitantes que se calcula habrá en 2050. En la actualidad, el 33% de los alimentos van a la basura en los países desarrollados, de ahí la necesidad de un cambio de modelo de desarrollo porque, de lo contrario, no se conseguirán los ODS de la ONU".

El informe de 740 páginas, realizado por 250 científicos y expertos de más de 70 países. denominado Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, reveló que actualmente la contaminación atmosférica es la causa de entre 6 y 7 millones de fallecimiento anuales. Se trata de un fenómeno que se prevé que vaya en aumento y provoque cada año entre 4,5 y 7 millones de muertes hasta 2050. Además, el incremento en la utilización de productos químicos provocará, entre otros impactos, una mayor resistencia a los antibióticos y antes de 2050 habrá de figurar como una de las primeras causas de muerte en el mundo.

El sábado 22 de este mes, se proclamó como el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Al respecto dijo Luis Suárez, conservacionista de WWF, que: "Este día ha señalado que en este 2020, el conocido como día en que se han consumido todos los recursos naturales que el planeta es capaz de regenerar en un año se ha aplazado hasta el 22 de agosto, a consecuencia de la pandemia del COVID-19, ya que en los últimos años la fecha era el 31 de julio". Este retraso de 22 días puede tener alguna significación o no.

En sentido afirmativo si se logra que este confinamiento global haya permitido a una gran parte de la población reflexionar sobre la manera en que se consume, pero también sobre la manera en que se produce; no, si la salida de la pandemia es un retorno al consumo irresponsable y a la producción de satisfactores afectando a los ecosistemas. Porque, el cambio climático es un problema mucho más grande que cualquier gran multinacional, o cualquier país; es asunto de todos y habrá que colaborar.

Si, como puede verse a través de las declaraciones de los presidentes de los países más grandes del continente, no hay interés por parte de algunos gobiernos por atender el problema del agotamiento global, es necesario que la población tome el problema en sus manos. Por ejemplo, si los ríos y lagos del mundo se están secando debido al uso excesivo de los recursos hídricos y del cambio climático, como el caso más evidente el del antiguo Mar de Aral, un mar interior que era uno de los cuatro más grandes del mundo, y en la actualidad solo tiene una superficie de agua del 10%, por sobreexplotación.

Recomendaciones importantes para cuidar el agua de forma personal, son: Ducha en vez de baño; cerrar el grifo cuando se laven los dientes o se afeite. Llenar la lavadora y el lavavajillas cada vez que se usen. Colocar una o dos botellas de agua en la cisterna. Comprar alimentos producidos cerca del lugar de residencia. Regar al anochecer para evitar las pérdidas por evaporación. Elegir plantas autóctonas, que necesiten menos agua para su cultivo. Poner un aspersor en la boca de los grifos. Reparar las averías y las fugas lo más rápido posible. Reciclar, reutilizar, reparar.

Así, pequeñas acciones tendrán efectos multiplicadores para salvar al planeta que se agota.

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