Editoriales

Cultivadores de odio

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 23 AGOSTO 2020
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Cultivadores de odio

De una ferocidad inaudita resultan los mensajes de odio que transitan por las redes cibernéticas, ahora conocidas como redes sociales. Se necesita tener un ánimo muy equilibrado para poder dormir luego de escuchar los anatemas y ver los rostros desencajados por las pasiones de quienes se han visto afectados en sus intereses por alguna acción de otros, generalmente las autoridades que buscan imponer el imperio de la ley. Mensajes que afectan directamente; pero que también impactan al saber quién los envía.

Ordinariamente se recibe con gusto el mensaje de un amigo, un hermano; pero cuando el contenido es una promoción al odio ciego a partir de una posición opuesta a las acciones que se proponen como una alternativa para la solución de los problemas que vive el país y los paisanos, comienzan los asegunes, que se vuelven más lamentables al saber que una persona a la que se tiene afecto y se considera justa y centrada, forma parte de las conjuras para diseminar las inquinas y malquerencias, y dividir a la nación.

Seguramente que este fenómeno no ocurre nada más en México, pues ayer el Papa Francisco publicó en su cuenta de Twitter que: "Papa Francisco@Pontifex_esĀ·13h Dios no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente. Pido a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo y al fanatismo ciego". El Papa es específico en cuanto a las religiones como instrumentos de odio; pero, va más allá.

Su petición tiene validez universal y se aplica en todos los órdenes de la vida, según vayan dándose las circunstancias. ¿Quién puede negar que en México las campañas de odio se han generalizado desde que la política se convirtió en la manera más fácil, rápida e impune de hacerse de enormes sumas de dinero que han convertido a los políticos huehuenches en los modernos jeques occidentales? Antonio Solá, el publirrelacionista importado por el becario de ingrata memoria, vino a dar al traste con el respeto mutuo.

La difusión de mensajes de odio a través de la Internet ha planteado una encrucijada que en los tiempos que corren puede no tener una solución cabal. Precisamente, cuando Germán M. Teruel Lozano plantea sus incógnitas: "¿queremos amparar sólo un libertad de expresión responsable desde la perspectiva jurídica?, ¿qué tipos de bienes jurídicos pueden justificar un límite a la libertad y ante qué formas ofensivas?, y ¿cómo podemos valorar y sobre la base de qué elementos de juicio podemos enjuiciar un exceso en el ejercicio de la libertad?", pone el cascabel al gato y deja pocas opciones a una solución cabal.

De muy lejos viene la disyuntiva de regular la libertad de expresión o asumir el riesgo de los excesos. Es claro que en los regímenes dictatoriales o sectarios, la libre manifestación de las ideas no existe. El mundo conoció pruebas extremas de ello con la Inquisición, el Nazi-fascismo y el Régimen Soviético; en cambio, cuando soplan los vientos de la democracia, esto es, el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, las frondas de libertad hacer crecer las ramas de la justicia en el viejo tronco del Estado sobre las raíces de la nación, el territorio y el gobierno. Se consolida la libertad de expresión y de prensa.

El último avance lo ha constituido el Derecho a la Información que se ha consagrado en la mayor parte de los textos constitucionales de los países modernos. Derecho aún en fase de perfeccionamiento por cuanto la información debe cumplir algunos requisitos que le confieran el carácter de indubitable; pero, hasta la fecha se aplica exclusivamente sobre los asuntos de carácter público y se complementa con la rendición de cuentas de funcionarios, organismo e instituciones del Estado. Falta ampliarla a otros ámbitos.

En el caso de las redes sociales, recientemente Facebook dijo que dará soporte a su prohibición del contenido de odio en anuncios y empezará a poner rótulos en las publicaciones de interés periodístico que violen las políticas de la compañía de redes sociales. Otras plataformas ya han sacado contenidos en los que existen intenciones de crear confusión y que se prestan a interpretaciones muy cercanas a la promoción de las conductas discriminatorias o francamente facciosas contra los derechos humanos.

Quizá en un futuro sea posible llegar a un punto en que el Estado pueda proteger a las audiencias y a los receptores de tales mensajes de odio; sin embargo, es posible que por el clima de crispación política y doctrinaria que existe actualmente, eso no llegue a ocurrir a corto plazo. No queda más que la responsabilidad de cada persona para decidir si lo que transmite o comparte cubre los requisitos de la ética y del respeto hacia otras personas con la que mantiene relaciones, aunque sea por Internet.

El Papa, dijo en su mensaje conjunto con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb: "- La fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común; a restablecer la sabiduría, la justicia y la caridad y a despertar el sentido de la religiosidad entre los jóvenes, para defender a las nuevas generaciones del dominio del pensamiento materialista, del peligro de las políticas de la codicia de la ganancia insaciable y de la indiferencia, basadas en la ley de la fuerza y no en la fuerza de la ley.

- La libertad es un derecho de toda persona: todos disfrutan de la libertad de credo, de pensamiento, de expresión y de acción. El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos. Esta Sabiduría Divina es la fuente de la que proviene el derecho a la libertad de credo y a la libertad de ser diferente. Por esto se condena el hecho de que se obligue a la gente a adherir a una religión o cultura determinada, como también de que se imponga un estilo de civilización que los demás no aceptan.

- La justicia basada en la misericordia es el camino para lograr una vida digna a la que todo ser humano tiene derecho...".

Si las leyes se ven limitadas en cuanto a la posibilidad de contener la difusión de los mensajes de odio, que sea la calidad humana de los hombres de buena voluntad la que los evite.

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