Editoriales

¡Qué pelaos tan fijados!

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 06 MAYO 2018
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¡Qué pelaos tan fijados!

La crema y nata de la intelectualidad norteamericana, la mayoría con un conocimiento pleno de lo que ocurre en la América indiana, han dirigido una carta al Congreso de los Estados Unidos expresando a senadores y representantes que: "Vistas las recientes declaraciones de la actual administración y tomando en cuenta los antecedentes del gobierno estadounidense en lo que respecta a apoyar la democracia en México y otros países del hemisferio nos preocupa que el papel de éste resulte contraproducente".

Luego, dan una amplia, clara y precisa explicación: "En México se han documentado fuertes irregularidades electorales, tales como compra del voto y manipulación de los resultados. Las elecciones presidenciales de 1988 y de 2006 fueron denunciadas como fraudulentas tanto por el partido político de oposición como por grupos independientes de la sociedad civil. La legitimidad de las elecciones presidenciales más recientes, las de 2012, también ha sido puesta en tela de juicio debido al uso de financiamiento ilegal, una vasta estrategia de compra de votos y la falta de autonomía de las instituciones electorales así como de la mayor parte de las cadenas televisivas".

Es posible que la intención de los más de cien científicos, analistas, filósofos, maestros, doctores, sociólogos, políticos y funcionarios de alto nivel, sea realmente buscar que los miembros del Congreso de mantengan alertas y vigilantes de lo que ocurra el 1 de julio en México, en las elecciones consideradas desde ya como históricas, y que no se presten a hacer el caldo gordo a un fraude electoral o cualquier otra forma de afectar los resultados de los comicios en que está en juego la Presidencia y 17 mil 600 cargos.

Sin embrago, no deja de ser un llamado de la élite pensante de los Estados Unidos a los políticos y gobernantes mexicanos para que, dados los negros antecedentes que se han tenido en las elecciones recientes, se abstengan de perpetrar un nuevo atentado en contra de la democracia. No escatiman forma de evidenciar que tienen un riguroso conocimiento de cómo se les gastan los políticos y las autoridades electorales, siempre al servicio del amo. Más, mucho más ahora que nunca antes en la historia, como se ve.

Y, para probarlo: "las recientes elecciones locales de 2017 en el Estado de México y en Coahuila son ejemplos de que las prácticas fraudulentas representan aún un grave problema. En ambos procesos electorales, se han hecho denuncias fiables con respecto del uso ilegal de fondos públicos y privados en las campañas de los candidatos electos –ambos de los cuales pertenecen al partido actualmente en el ejecutivo federal–, hay también muchos reportes de compra del voto, de actos de intimidación en contra de las campañas de oposición, y dudas generalizadas en relación con la legitimidad del conteo de votos". ¡Qué pelaos tan fijados!, diría Piporro.

En Europa, también hay preocupación por lo que ocurre y lo que está por venir; pero, el espíritu flemático que caracteriza a las monarquías, con las que, curiosamente, buscan relacionarse los gobernantes huehuenches, les impide manifestarse tan abiertamente; a lo más que han llegado en algunos casos es a negar el acceso a ´los amigos mexicanos´ a sus casas y residencias, para llevarlos a comer tacos en la calle.

En la extensa carta, no queda títere con cabeza: "Al mismo tiempo, hay una creciente sensación de descontento en México por los elevados niveles de corrupción y violencia. El año pasado, cuatro ex-gobernadores fueron arrestados con cargos de corrupción. México está entre los países con más bajos resultados en el Índice de Transparencia Internacional, en donde el 61% de los votos afirman que la corrupción ha incrementado. También se reportan más crímenes violentos, siendo que el 2017 es el año con mayor número de homicidios". 

Al final, se hace una advertencia que, tanto allá como acá, debiera tomarse muy en serio: "En las próximas elecciones habrán muchos observadores y observadoras electorales mexicanas e internacionales, incluyendo a muchas de las personas firmantes de esta carta, en campo en México proporcionando informes independientes y una evaluación de las elecciones. Le mantendremos informado/a sobre estos esfuerzos de monitoreo, y esperamos poder compartirle las observaciones efectuadas antes, durante y después de la jornada del 1 de julio".

¡Uchas!


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