El músculo tonificado

Ayer, fue evidente en el mundo, en el país y en esta región, que el movimiento obrero organizado ha tonificado su músculo y que se apresta a dar una batalla enconada por recuperar los derechos perdidos ante los embates del capitalismo salvaje que, como una potente aspiradora, absorbe la riqueza que genera el sudor de la frente y de otras partes del cuerpo. Fueron nutridos los contingentes, claras y precisas las demandas.

Atendiendo a lo cortito, se informa que en Tampico marcharon 18 mil obreros; que en Ciudad Victoria, fueron 8 mil los trabajadores que desfilaron y que en Reynosa, donde hubo acontecimientos inusuales, recorrieron las principales avenidas 15 mil gentes de todos los sindicatos y organismos gremiales. La tónica principal fue la normalización salarial para darle congruencia constitucional y moral al ingreso de los asalariados. 

No faltaron las manifestaciones de oposición a la reforma laboral que puso en clara desventaja a los trabajadores en su negociación con la parte patronal, a tal grado que el mismo sindicato patronal, a través de su presidente Gustavo de Hoyos Walther, hizo un llamado a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos a iniciar el proceso de revisión salarial al que se comprometió en diciembre de 2017 y fijarlo en 98.15 pesos diarios en el primer cuatrimestre del año. La Coparmex no es la única en pronunciarse así.

El desfile del Día del Trabajo en Reynosa estuvo encabezado por el dirigente sindical Reynaldo Garza Elizondo, la alcaldesa Maky Ortiz de Domínguez, Serapio Cantú Barragán, Francisco Garza de Coss, Gustavo Rico de Saro, Aida Zulema Flores Peña y Federico Alanís Peña, líder de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, quien aseguró que la Cámara tiene dos décadas de acompañar a los trabajadores en su día, porque es un organismo consciente de sus necesidades y de una justa retribución.

Al frente de la marcha hubo una representación plural: junto a dos candidatos por la alcaldía, representantes de partidos políticos y funcionarios de gobierno, todos ellos conviviendo en un clima de armonía y civilidad y dejando en claro que ha llegado en tiempo de que los trabajadores recuperan la calidad de vida que les han arrebatado los adalides del capitalismo salvaje. La botarga de AMLO fue excluida por la autoridad.

En otras partes del mundo, también hubo manifestaciones masivas en contra del modelo neoliberal. La violencia se desbordó en Francia, en donde la prefectura de la policía parisina había alertado de actividades de movimientos extremistas que querían aprovechar "las tradicionales manifestaciones del 1 de mayo para atacar a las fuerzas de seguridad y símbolos del capitalismo". La marcha convocadas por la Confederación  General de Trabajadores y otros organismos, protestó abiertamente en contra del "cuestionamiento de los logros sociales" y las privatizaciones del gobierno de Macron.

Con el lema común ´Tiempo de ganar´, cerca de 80 movilizaciones en más de setenta ciudades españolas, fueron organizadas por  dos principales agrupaciones laborales. Las reivindicaciones de los sindicatos se centraron en las mejoras salariales, para que los beneficios que registran las empresas españolas se vayan también a los ingresos de sus empleados. Así mismo, se demandó la revalorización de las pensiones y, por primera vez, por las reivindicaciones de igualdad de género del movimiento feminista.

Donde las proclamas fueron más dramáticas y pintaron con precisión el ambiente que se vivió el Día del Trabajo, fue en Alemania, donde miles de berlineses se congregaron en el barrio de Kreuzberg para participar en el tradicional ´Myfest´, con conciertos, ´stands´ y puestos de comida y cerveza; pero, en Hamburgo cerca de 3 mil activistas participaron de forma pacífica en la ´manifestación revolucionaria´ y marcharon por las calles de la ciudad bajo el lema "El capitalismo sigue siendo una mierda", que, definitivamente, no deja lugar a duda del talante de los trabajadores.

El músculo tonificado que demostraron el 1 de mayo, debe servir para algo más.