Editoriales

La gran paradoja

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 03 NOVIEMBRE 2020
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La gran paradoja

Hoy son las elecciones presidenciales en los Estados Unidos y el resultado impactará globalmente, de manera muy especial, en México y el resto de la América indiana. Las encuestas y sondeos durante los últimos meses han marcado como favorito al candidato demócrata Joe Biden; pero, el republicano Donald Trump, actual presidente, no ha cejado en una campaña de mucha enjundia y se ve confiado en que llegará con todo para un segundo periodo en la presidencia de la nación más poderosa del planeta.

Los tres grupos de poder que pueden influir en las elecciones: el mundo empresarial y financiero, las clases medias acomodadas y las minorías étnicas, no han mostrado una tendencia clara a favor de alguno de los contendientes; pero hay corrientes subterráneas que pueden ser el fiel de la balanza en la hora decisiva. Cada uno de los sectores influyentes tiene sus propias razones para querer que repita el inquilino de la Casa Blanca, o que venga un relevo que modifique algunas de las políticas que sigue.

Los grandes empresarios e inversionistas se sienten complacidos con las medidas económica de Trump que les han permitido pagar menos impuestos y asumir una posición más agresiva en cuanto a la protección de los mercados abiertos y a las reglas del juego con los socios comerciales con los que se tienen tratados que se han negociado o renegociado con éxito, sobre todo en lo que se refiere al dumping laboral que ponía en desventaja a empresas que operan dentro del territorio estadounidense.

Precisamente, una encuesta llevada a cabo entre directores ejecutivos de empresa por parte de la Escuela de Administración de Yale a fines de septiembre, encontró que el 77% de los participantes votarían por Joe Biden y más del 60% predijo que ganaría. Sin embargo, una encuesta de UBS a 500 dueños de negocios y 1000 inversionistas realizada a mediados de octubre encontró que el 55% de los dueños de negocios querían que Trump ganara, mientras que el 51% de los inversionistas respaldaban a Biden.

Cuando el presidente Trump llevó a cabo su reforma fiscal, los demócratas lo acusaron de favorecer a los más ricos; por ello, una de sus cartas fuertes ha sido un recorte de impuestos a las clases medias a través de lo que ha denominado Tax Cuts 2.0. Aunque no se ha precisado el alcance de esta medida, sí ha sido bien recibida por los sectores de ingresos medios, que podrán invertir en fondos financiero sin pagar muchos impuestos y con ello ayudarse en la recuperación de la doble crisis sanitaria y económica.

En este tema, el quid está en la percepción de los votantes, pues el candidato demócrata, Biden, se ha pronunciado a favor de elevar algunos impuestos para poder enfrentar el enorme déficit fiscal de la administración pública. Su propuesta, señala, por ejemplo, la necesidad de aplicar un nuevo impuesto mínimo a las grandes corporaciones mediante el uso de un sistema de contabilidad alternativo. Con eso se lograría una recaudación de 3.5 billones de dólares que serían un alivio para la economía pública.

Más que en las elecciones previas, este día se habla de la importancia del voto de las minorías; pero, hay que ver. El crecimiento de las población hispanoparlante en Estados Unidos ha sido acelerado. Actualmente, son la minoría étnica más grande, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo, el Centro de investigaciones Pew Research Center y la consultora Latino Decisions. A julio de 2018, la población hispana en Estados Unidos era de aproximadamente 60.6 millones de personas, es decir, un 18 por ciento del total de habitantes en el país. De ese porcentaje, el 61,9% son originarios de México; 9.7 por ciento son de Puerto Rico; mientras que el resto es originario, en mayor porcentaje, de Cuba (4%), El Salvador (3,9%) y República Dominicana(3,5%). En estas elecciones EU 2020 se habla del gran poder latino.

Pero, también se la conoce como ´el poder dormido´ dado que, pese a ser la minoría étnica con mayor presencia en Estados Unidos, la gran abstinencia que hay entre los hispanos en las votaciones no hacen que no se vean reflejados en las urnas. Una parte muy importante de la contienda electoral se ha cifrado en la atracción del voto latino por parte de ambos partidos, sobre todo en los estados con mayor número de votantes latinos: California (7.9 millones), Texas (5.6 millones), Florida(3.1 millones), Nueva York (2.0 millones) y Arizona (1.2 millones), de los cuales sólo Florida y Arizona se asumen estados bisagra.

Aunque en el 2016, Hillary Clinton tuvo el 66% del voto latino, frente al 28% del republicano Trump; ahora hay una nueva clase de latinos que se identifican con el presidente Trump y sus políticas agresivas.

Habrá que ver. 

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