Editoriales

La rebelión mapuche

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 30 OCTUBRE 2020
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La rebelión mapuche

Cuando Hegel se refería al sistema capitalista, aseguraba que: "Es muy bueno en la teoría; pero, no en la práctica". Ahora, el mundo lo sabe. Lo aprendió a un precio muy alto de muerte, miseria, desdén y abandono. Colosales fortunas amasadas con el sudor y las lágrimas de los trabajadores cuyos ingresos y, por ende, su nivel de vida ha venido en picada, a tal grado que los jefes de familia de la Tarahumara prefieren lanzarse al precipicio con toda su gente antes de verla morir de hambre, de frío y enfermedad.

Cuando el líder de Francia Insumida, Jean-Luc Mélenchon vino a México, aseguró que Europa necesita, que el mundo necesita que triunfe Morena; el expresidente uruguayo y figura política de mucho peso, Pepe Mujica le deseó suerte y pidió mucha comprensión al pueblo mexicano; el papa Francisco envió, a través de su esposa Beatriz Gutiérrez Mueller, un mensaje al presidente López Obrador: "Dígale que no se canse, que siga adelante". Con ello se demuestra el liderazgo por el cambio.

Quizá por ello, una vez, como a principios del siglo XX, cuando la Constitución del 17 sirvió de modelo para otras cartas magnas alrededor del planeta, especialmente en Japón y Alemania, México se ha situado a la vanguardia de la recuperación del sentido humano de la vida y de todos los afanes del hombre. Apenas el domingo 25 de octubre, mediante un plebiscito, el pueblo chileno celebró en la Plaza Dignidad la enorme victoria popular que marca el fin del pinochetismo y el principio de la transición democrática.

Chile fue el conejillo de Indias para el establecimiento planetario del neoliberalismo. Milton Friedman, invitado por el dictador Pinochet, llevó a la república sudamericana el conjunto de axiomas emanados de la experiencia del liberalismo decimonónico, teóricamente elaborado y decantado en la Universidad de Washington, de la que es subordinada la Universidad Católica de Chile. El modelo económico fue bautizado como el Consenso de Washington por Friedman y sus ayudantes, con miles de seguidores.

Los axiomas fundamentales son: desregulación del mercado, reducción del gasto social, privatización de empresas públicas, funciones y prerrogativas públicas al sector empresarial, apertura indiscriminada de las fronteras para el capitalismo internacional, diversas formas de protección y apoyo fiscales para la iniciativa privada, libertad para la creación de monopolios y de un denso entramado de negocios que conduce al oligopolio, precarización del trabajo, que se traduce en reducción de salarios y prestaciones.

La dictadura de Pinochet no tuvo problemas para aplicar el cruel modelo, con tanto éxito que lo llevó la primera ministra de la Gran Bretaña, Margaret Tatcher, la Dama de Hierro, a sus dominios. Más tarde, el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan lo aplicó en su país y de ahí se extendió al mundo. Como el modelo es insostenible porque ni la resistencia del ser humano ni la resiliencia del planeta son infinitos, los excesos se han arreglado mediante las crisis económicas recurrentes y casi constantes.

Por toda la geografía del planeta se han registrado movimientos de oposición al neoliberalismo; pero, ha sido en México donde ha podido consolidarse la acción concertada de las mayoría depauperadas con los liderazgos políticos, sociales y culturales emanados de la mejor tradición del humanismo mexicano.

Ahora, siguiendo el ejemplo de México en rechazo al neoliberalismo, los chilenos han tomado la bandera mapuche como un emblema de rebeldía y lucha. Salieron a las calles desde mediados de este mes para protagonizar inéditas protestas antigubernamentales, en las cuales destacan la participación y el liderazgo del pueblo mapuche. La bandera de la población originaria simboliza las manifestaciones. En Twitter, Pedro Herrera dice: "Los Mapuches no fueron vencidos por los incas ni por los españoles".

Los gobiernos de Chile después de Pinochet, no reconocen derechos sino libertades. Por ejemplo, el agua no es un derecho humano, sino un bien susceptible de ser comercializado mediante la libre empresa; la educación en todos sus niveles no es un derecho, sino una prestación que permite a los particulares recibir una contraprestación, esto es un pago; las pensiones no son un derecho, sino el resultado del ahorro individual acumulado en cuentas personales en bancos que utilizan los recursos para financiar a los grupos económicos dominantes. Los salarios son insuficientes para bien comer.

La lucha por la recuperación del sentido humano de la política y la economía, apenas ha iniciado en Chile; pero, a diferencia de México, la acechan enemigos poderosos estructurados a la resistencia fascista. 

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