Editoriales

La economía es primero

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 19 DICIEMBRE 2019
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La economía es primero

Anoche, se prolongó la discusión de juicio político contra el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en la Cámara de Representantes y hoy se conocerán los resultados que, sean cuales fueren, no conducirán al tan deseado y tan temido impechment. El pueblo y los políticos de la nación más poderosa de la tierra están divididos y, mientras que los demócratas, que son mayoría en la Cámara baja, desean una cosa, los republicanos, que dominan en el Senado, quieren otra muy diferente.

Lo único que es bien visto por ambos partidos y por la gran mayoría del pueblo norteamericano es la política de crecimientos y desarrollo. En ese sentido el actual gobierno no sólo ha podido librar los escollos de las últimas crisis, sino que ha apuntalado la economía de tal suerte que, en un mundo en recesión, sigue presentando niveles positivos que han resultado altamente halagadores para todos. Todos los indicadores de la macroeconomía presentan número negros , aunque con cifras de un dígito. 

Asegura un viejo y conocido refrán que primera está comer que ser cristiano, por lo que, a pesar de las pruebas que hayan presentados los representantes demócratas, y aún cuando se haya decidido avanzar en el juicio político por alguna de las dos causas que se le sigue al presidente, no pueden cantar victoria porque en el Senado habrá una dura oposición que se sustenta en los buenos resultados de la gestión económica de Trump, quien, con sus guerras comerciales y amagos de todo genero, ha salido ganador.

Según el promedio de las encuestas que fueron realizadas ayer por los principales medios masivos del vecino país, el 49 por ciento de los encuestados estaba a favor del juicio político y la separación del cargo, en tanto que el 46 estaba en contra de ambas medidas. Si se toma en cuenta el margen de error ordinario en este tipo de ejercicios, de más o menos 3 puntos, se llega al empate técnico que no toma en cuenta otros elementos de peso, como el que se ha venido mencionando, de los éxitos económicos.

El mes de diciembre inició con un crecimiento anualizado del 2.1 por ciento, que no tomó en cuenta los efectos del enorme gasto que realizan los norteamericanos durante la segunda quincena del mes, en que se hacen las compras navideñas y se realizan las fiestas de nochebuena y año nuevo y se registra un gran desplazamiento de personas por todos los medios del transporte, lo que acelera en consumo y la dinámica de la economía. 2.1 es un número superior al esperado por los expertos de dentro y de fuera.

Precisamente, el consumo es el motor de la economía y, en ese sentido, el consumo, se mantuvo sólido con un aumento de 2,9%, y un fuerte repunte en los gastos en bienes duraderos, como autos o electrodomésticos, que llegaron hasta el 8,3%, que, además, debe entenderse como un indicador de confianza de los consumidores en la administración pública. El mercado inmobiliario avanzó 5,1%, el mayor crecimiento en dos años, gracias a la reducción de las tasas de interés. Son números que pesan.

Por si fuera poco, el presidente, con el apoyo de los propios demócratas, logró la conclusión de las negociaciones del nuevo tratado de libre comercio con México y Canadá, cumpliendo la mayor parte de los objetivos que se había planteado, sobre todo las demandas de las organizaciones sindicales y de los productores agrícolas y automotrices. Lo mismo ocurrió con China, con la cual han bajado de tono las disputas comerciales y en breve habrán de normalizarse las relaciones afectadas por la guerra comercial.

Lo temores de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de que un intento fallido de impechment podría fortalecer al presidente, se están justificando, pues, cualquiera que haya sido el resultado, difícilmente pasará el juicio político por la Cámara de Senadores y más difícilmente aún podría presentarse la defenestración. En política hay que andar con pies de plomo, para pisar en firme. Se antoja casi imposible lograr que dos tercios del Senado vote en contra del presidente republicano.

Lo que hay que lamentar de todo este embrollo, es que el país quedará divido y resentido, lo que, dadas sus tácticas políticas, beneficiaría al presidente en la reelección si es que logra la nominación en las elecciones primarias del año próximo. Lo que pudo ser una severa erosión para el partido en el poder, como lo planteaba la Sra. Pelosi, ha venido a resultar lo contrario.

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