Editoriales

El blof del tahúr

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 06 MARZO 2018
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El blof del tahúr

Cuando el presidente Trump dijo que Estados Unidos aplicaría un arancel del 25 por ciento a las importaciones de acero y del 10 al aluminio, todavía estaban en la mesa los negociadores de la modernización del Tratado de Libre Comercio de la América del Norte, quienes, de inmediato, se gancharon y dijeron que no aceptarían ese arancel. En casi todo el mundo los mercados bursátiles se vinieron en picada y hubo gran pánico.

Más, porque el presidente de la potencia amenazó con una guerra comercial. Quienes ya empiezan a conocerlo, mantuvieron la calma y esperaron a la respuesta que habría de dar al cúmulo de reacciones, dentro y fuera de EU. Ayer, las tuvieron y las bolsas de las economía más importantes, se recuperaron. Afirmó Trump que podría exentar del gravamen a los socios del TLC si aceptan algunas de exigencias de la parte americana.

A través de su vía favorita, Twitter, Trump escribió que: "Tenemos grandes déficits comerciales con México y Canadá. El TLC, que está ahora mismo bajo renegociación, ha sido un mal acuerdo para EE UU. Una recolocación masiva de compañías y empleos. Los aranceles al acero y al aluminio sólo se quitarán si se firma un acuerdo del TLC nuevo y justo. Canadá debe tratar mucho mejor a nuestros granjeros. Es altamente restrictivo. México debe hacer mucho más en frenar la entrada masiva de drogas a EE UU. No han hecho lo que debe hacerse. Millones de personas adictas y muriendo".

Los huehuenches, que todavía no han entendido el juego del Trump, respondieron, también por la red, Guajardo que: "México no debe ser incluido en los aranceles sobre el acero y el aluminio anunciados la semana pasada por el presidente estadounidense. Es la manera equivocada de incentivar la creación de un TLC moderno". Y, Videgaray, que: "El tráfico ilegal de drogas es una responsabilidad compartida entre México y EE UU y nuestra cooperación se guía por este principio. Solo trabajando juntos sobre la oferta y la demanda podemos terminar con el flujo ilegal de drogas, dinero y armas entre nuestros países". No entendieron las letras chiquitas de los mensajes del tahúr.

No entienden los negociadores mexicanos que ya no habrá más trampas en el tratado; que ahora está en el juego un tahúr que se las sabe de todas, todas, comprometido en reactivar la economía de los Estados Unidos con la recuperación de la industria, que a su vez genera empleos bien pagados, estimula el consumo y distribuye los ingresos. Se acabó la época de la acumulación excesiva de la riqueza mediante la explotación de la mano de obra barata y las triangulaciones comerciales que permitían importar de los países asiáticos partes y componentes a precios inferiores a los costos de producción para agregarlos a bienes y servicios que se comercializaban entre los socios del TLC.

Desde 1994 surgió la pregunta: ¿Qué porcentaje de los automóviles, los televisores, los equipos de alta tecnología que se ensamblan en México tienen componentes de origen nacional para poder considerarse exportaciones nacionales? Siempre se denunció el truco de traer partes asiáticas, acoplarlas en México, embalarlas y ponerles etiquetas de producto nacional y luego enviarlas al exterior libres de obligaciones arancelarias.

No son pocas las colosales fortunas logradas mediante ese engaño, que se volvió muy cruel cuando sus dueños se empeñaron en mantener deprimidos los salarios para poder acumular mayores beneficios. Con 88 pesos diarios, ¿quién puede comer? Y, si no alcanza para llenar la panza, menos para cubrir el costo del pasaje para llegar al trabajo a deshoras de la noche, o para estrenar unos huaraches de suela de llanta y correas de nylon.

Los blofs de Trump son para poner nerviosos a los jugadores, sacar ventaja en las negociaciones y ganar el juego de hacer grande a América de nuevo.

Curiosamente, para lograr ese propósito, se necesita que México también crezca, y que crezca en firme, no con desigualdad, explotación ni esclavitud. 



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