Editoriales

El mundo feliz

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 16 DICIEMBRE 2020
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El mundo feliz

Aunque Diógenes ha pasado a la historia como el Cínico, no fue él quien fundó esa escuela filosófica de la Grecia antigua. El cinismo tampoco es la exaltación sarcástica de las vilezas; sino la búsqueda de la perfección y la felicidad a través de una vida sobria y acorde a la naturaleza, de la cual se extraen los conocimientos. En duda está la historia de Diógenes viviendo en un tonel de vino vacío, ante el cual se presentó Alejandro Magno para ofrecerle lo que pidiera, a lo que dijo: "sólo que no me tapes el sol".

Más en duda está lo que dicen que fue el comentario del gran conquistador del mundo conocido de esos tiempos: "De no ser Alejandro, yo habría deseado ser Diógenes"; sin embargo, da pie para señalar lo que ha sido una constante a través de los tiempos. ¿Qué podría desear Alejandro que no pudiera tener con tan sólo pedirlo? ¿Qué podía pedir Diógenes que vivía una vida de extrema austeridad buscando poner en evidencia la vanidad y la superficialidad de la conducta humana? Ambos en posición extrema.

En uno de los pasajes del libro del autor El Monarca del Guadiana, aparece una frase dramática y emotiva: "Papi, ¿de qué se ríen los pobres". En el mismo sentido se ha expresado el precandidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León, actual senador de la República, Samuel García, quien dijo asombrado que: "Yo me he topado con gente muy valiosa, que vive con un sueldito de 40, 50 (mil), y son felices. Tienen para su familia, para sus colegiaturas". ¿En qué mundo vive el junior?

Para haberse doctorado en Política Pública y Administración Pública, el senador sabe muy poco de lo que ocurre en el país, donde un buen bonche de gente, de carne y hueso (y un pedazo de pescuezo), no sabe si podrá comer algo ese día o dónde pasará la noche. Según la clasificación que hizo la Profeco, en México hay seis clases sociales definidas por su ocupación, ingresos económicos, nivel cultural y sus pautas de comportamiento, incluidos los hábitos de consumo. Van de la baja-baja a la alta-alta.

La baja-baja representa el 35% de la población mexicana, es decir 39 millones 317,788 personas; la componen: trabajadores temporales, inmigrantes, comerciantes informales, desempleados y gente que vive de la asistencia social. La baja-alta, constituye el segundo grueso poblacional, está conformada por la fuerza física de la sociedad que realiza arduos trabajos a cambio de un ingreso ligeramente superior al mínimo; esta clase contempla a 28 millones 084,134 personas, es decir el 25% de la población nacional; la componen obreros y campesinos.

La media-baja es la tercera clase social, se compone por el 20% de la población, es decir 22 millones 467,307 personas, de las cuales el programa nacional aclara que sus ingresos "no son muy sustanciosos pero son estables"; la componen oficinistas, técnicos supervisores y artesanos calificados. La media-alta contempla al 14% de la población nacional (15 millones 727, 115 personas) e incluye a quienes cuentan con buenos salarios e ingresos económicos estables; la componen hombres de negocios y profesionales que han triunfado.

La clase alta-baja deja de considerar personas para integrar familias que tienen ingresos económicos cuantiosos y muy estables; constituyen el 5% de la población nacional, es decir unas 5 millones 616,826 personas; la componen familias que son ricas pero de pocas generaciones atrás. La alta-alta es la primera clase, está compuesta por antiguas familias ricas preponderantes durante varias generaciones, suman cerca de 1 millón 123,365 personas, es decir el 1% de la población y la componen antiguas familias opulentas que durante varias generaciones han sido prominentes y cuya fortuna es tan añeja que se ha olvidado cuándo y cómo la obtuvieron. 

Desde el punto de vista económico, los de mero arriba no tienen por qué saber cómo viven los de mero abajo, menos aún cómo le hacen para comer todos los días; pero, si se trata de políticas públicas y de ejercer la representación popular o el poder público, la cosa cambia y es necesario saber aspectos que son fundamentales en la realidad cotidiana del país para crear la posibilidad de convivir y de interactuar en una sociedad capaz de alcanzar la categoría de Estado.

Este García, ejemplar prototípico de los hijos de papi metidos a políticos, es igual a aquel secretario de Hacienda que aseguraba que con un sueldo de 6 mil pesos mensuales una familia podría tener casa propia, automóvil nuevo, sus hijos en colegios particulares y vacacionar en el extranjero. No tienen idea de lo que dicen. Estas son las personas que propone para la gubernatura del estado de Nuevo León el partido propiedad del dinosaurio Dante Delgado.

Esa es la realidad del mundo feliz de los de arriba, que no saben lo que ocurre abajo. 

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