Editoriales - Análisis

Árbitro descalificado

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 25 ABRIL 2021
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Árbitro descalificado

Cuando el presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova Viannelo, exige al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, abstenerse de hacer propaganda en favor de su proyecto político a través de sus conferencias diarias o por medio de expresiones o dichos de carácter público, está en riesgo de morderse la lengua, pues él mismo no desaprovecha ocasión para tender la cama a favor de las mafias de poder cuyos intereses se han visto afectados, con otro fraude.

Lo último, lo más candente y lo que debía ser motivo para una separación inmediata del cargo ha sido su comparación del presidente López Obrador con el expresidente Trump, diciendo que ambos se han llamado a robados antes de las elecciones. No puede, por ningún motivo, un funcionario electoral tener la lengua tan suelta con una cola tan larga. De hecho, no hay un solo mexicano y sí muchos extranjeros que saben perfectamente que Córdova es un jugador en posición privilegiada durante las elecciones.

Seguramente no está a favor de algún partido; pero sí en contra del proyecto de nación que busca quitar a la clase dorada, a la que pertenece, los beneficios económicos y en especie de que han disfrutado por desorganizar las elecciones y hacer trajes a la medida del mejor postor. En un país de miserables, que deben pagar impuestos por un refresco y una concha, que en muchas ocasiones viene a resultar su única comida del día, no puede haber funcionarios que ganen más de 200 mil pesos al mes, más prestaciones.

En el evento en que se firmó el Manifiesto Nacional de Autoridades Electorales Locales, promovido por la Asociación de Tribunales Electorales de la República Mexicana A.C., Lorenzo Córdova señaló que los mensajes que ha dado a conocer el presidente preocupan e inclusive apuntan a que se gritará 'fraude'. Rasgándose las vestiduras, expresó: "No quisiera pensar que esto es parte de una voluntad intencional de ir construyendo un discurso por si se ocupa el día después de las elecciones". Luego apuntó que el mandatario mexicano está siguiendo los pasos del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al señalar que se está pintando el escenario raro de que puede existir fraude electoral.

Asegura un viejo y conocido refrán que a confesión abierta, ni falta hacen las pruebas. Lorenzo se está curando en salud por lo que está haciendo junto con sus contlapaches, que han fallado de forma harto sesgada en el asunto del reconocimiento de las candidaturas a puestos de representación popular y cargos públicos, dando manga ancha a unos, mientras que a otros se les aplica un rigor extralimitado. Ya se ha dicho que de 48 candidaturas impugnadas, 42 son de candidatos afines al actual régimen. 

Lo tendencioso de las decisiones fue más evidente al permitir que una aspirante con largo expediente judicial abierto por actos de corrupción, denunciada por sus propios correligionarios, fue expresamente favorecida con una decisión que le permite seguir en pos del cargo público al que aspira. Como ese, son abundantes los casos de decisiones que ponen en entredicho la parcialidad de la autoridad electoral que se ha convertido en juez y parte en una contienda que habrá de decidir el futuro de la nación mexicana.

Quizá la mayor descalificación del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, sea la demanda de amparo que promovió para impugnar el Presupuesto de Egresos de la Federación para el actual ejercicio fiscal, así como el manual de remuneraciones de los servidores públicos. Además, con gran cinismo solicitó una orden de suspensión contra la integración de cualquier carpeta de investigación por la probable comisión de los delitos previstos en el Código Penal Federal con la denominación del pago y recibo indebido de remuneraciones de los servidores públicos o por la probable comisión de faltas administrativas derivadas de una presunta inobservancia de la normativa derivada de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Público. Un bribón.

El propio Lorenzo reconoce sus privilegios. Dijo a Jean Francois: "Hace un rato, hablabas de privilegios. Si hay alguien aquí que es privilegiado soy yo, y lo digo sin medias tintas, la verdad, la posibilidad de estar en este espacio virtual, pero en esta casa de referencia, casa académica de referencia que es El Colmex, contigo, en primera instancia, pero, además, con dos, pues dos amigas, maestras, admiradísimas politólogas, digamos, mujeres de referencia para mí, como son Jaqueline y Soledad, es un verdadero privilegio. Si hay alguien que está privilegiado aquí soy yo, sin lugar a dudas".

Sí; pero, privilegiado no en el sentido que lo dijo, que podría derivarse de la posibilidad de servir a México y a los mexicanos; sino por la posición de poder que jamás ha logrado entender, asumiéndose como autoridad cuando es en realidad un servidor público sujeto a los mandatos de la ley; con un salario que no corresponde a su desempeño y que, además, está muy por encima de los tabuladores fijados por la Cámara de Diputados luego de un exhaustivo estudio de las condiciones económicas del país.

La desfachatez de Lorenzo llega al hecho de reconocer su triste desempeño: "El tercer gran corte de balance, de corte de caja, o de elemento en este balance, el Sistema Nacional Electoral, a pesar de sus complejidades, de su barroquismo, de lo difícil que fue instrumentarlo, es un sistema que funciona a pesar de, recuerdo en sus momentos que había quienes hablaban de un mazacote, que era inviable, hoy la reforma ha demostrado que es una reforma pertinente, sin duda creo que sería deseable que se simplificarán muchos de los procedimientos, no es una reforma sencilla, pero es una reforma practicable y es una reforma que nos ha permitido recrear en paz la pluralidad política del país y permitir, como decía, esos altos grados de alternancia".

Es incapaz de entender una reforma electoral que incorpore la tecnología cibernética para obtener dos de los logros más sustanciales, credibilidad y abaratamiento. Hace muchos años que aquí mismo se llamó a las elecciones en México elecciones de metate, porque, como las tortillas, todo se hace a mano con una gran despliegue de personal, un colosal uso de recursos, sobre todo papel y un un enorme gasto.

Se dijo entonces que la conversión de las elecciones de metate a elecciones digitales, sería costosísimo, quizá no tanto como se gasta actualmente, con resultados tan cuestionables, que los árbitros se curan en salud. 

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