Columnas - Ernesto Salayandia García

Una decisión personal

  • Por: ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
  • 20 ABRIL 2022
  • COMPARTIR
Una decisión personal

Fondo tras fondo

Como esta enfermedad no perdona,  durante el primer año,  de  mi segundo matrimonio,  las borracheras eran casi todos los días y ligado a ello los pleitos y la incertidumbre de un borracho que  como yo genera.  un tipo neurótico,  soberbio, déspota,  celoso empedernido, controlador, macho, muy macho,  irresponsable y drogadicto,  aislado de la realidad, distante de su vida familiar y laboral, por supuesto que la salud tendiendo de un hilo, yo estaba muy amarillo, muy flaco, llegue a pesar menos de 50 kilos y perdí el sano juicio,  me volví loco, perdí a mi familia me corrieron de mi trabajo y todo el mundo se me vino encima lleno de drogas, de problemas y de muchas limitantes,  gracias a mi compulsión por consumir una botella diaria de vodka y entre 10 y 15 pases de cocaína todos los días,  a cada momento durmiendo de día y despierto de noche,  con esos delirios auditivos y de persecución,  con esas actitudes de un ser hundido y confundido,  por su irresponsable manera de vivir,  lo perdí todo y toque fondos muy crudos y muy reales,  ahora puedo decir que no he visto a nadie que le gané y se, el por qué, el mediocre, como yo, se resiste a pedir y a aceptar ayuda.- Nadie puede solo.-  Yo no podía parar,  basta con una gotita de alcohol o un chirris de cocaína,  basta con una pastilla antidepresivo o cualquier otra sustancia,  que altere mi Sistema Central Nervioso, hoy sé que soy un enfermo alcohólico y adicto de por vida y que lo que he hecho en 20 años que me mantenido limpio,  ha sido tan sólo una suspensión de esta enfermedad,  perra cruel,  burlona,  severa maldita enfermedad perversa del alma, a la que yo llamo La Saliva del Diablo, como es el título de mi primera obra publicada sobre adicciones y de mi vida como drogadicto.

Me harte de drogarme

Después de haber pisado más de 3 veces un hospital,  donde ingrese en calidad  de muerto y haber vivido ese sufrimiento por los delirios de persecución,  comencé a pedir ayuda,  porque ya no quería drogarme, no podía parar y así fue como llegué a un centro de rehabilitación AMAR  de Chihuahua,  ingresé por mi propia voluntad,  pero cuando viví el internamiento, las condiciones del inmueble, deprimentes, el síndrome de supresión se adueñó de mi vida y me resistí al proceso, repudie el encierro, rechace la terapia, me resistí a trabajar en  mi recuperación,  tuve una actitud completamente ingobernable y el trato que se me dio fue a la par de mi soberbia y de mi negación,  luego al pasar el tiempo,  después de vivir el proceso lento y doloroso,  viví una experiencia maravillosa,  tuve un despertar espiritual y comencé a sentir la presencia de Dios en mi interior y haciendo contacto con Él, le pedí que me iluminará para entender y conocer por qué me había hecho adicto y así fue cómo empezó este proceso en mi vida, comencé a conocer a Ernesto,  me eché un clavado al interior y el gran cúmulo de defectos de carácter, analice mis patrones de conducta,  vi, trabaje  las heridas profundas de mi alma,  trabajé mucho al niño dañado, detecte,  también mis complejos, mis miedos y resentimientos y por supuesto en la medida en que yo trabajaba mi ansiedad disminuía considerablemente y cuando salí de este proceso, seguí dando servicio al anexo que me vio nacer y fui en busca de un espacio a El Heraldo de Chihuahua,  que generosamente  me  otorgó su director, mi amigo,  el doctor Javier Contreras y desde hace 20 años vengo escribiendo mi columna De adicto adicto,  qué hora se pública en un buen de  medios,  en más de 160 periódicos de América Latina y cada espacio me permite trabajar mi propia experiencia,  mi propia recuperación, trascender todo  energía negativa que se apoderó de mi vida.-

Hoy comprendo que tuve que llegar a una decisión personal y aprender a vivir él sólo por hoy, hoy no me drogo, hoy no le hago daño a mi cuerpo, hoy no lesionó a mis seres queridos sólo por hoy soy libre y soy feliz, y esa es sin duda mi visión personal. El tiempo no es recuperación, la verdadera recuperación se basa en hechos, en verdaderos cambios y no solo tapar la botella.- 


Continúa leyendo otros autores

DEJA TU COMENTARIO