Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Nacidos para perder, adictos de por vida
La triste historia se repite una y otra vez
Estos niños, son los machos típicos mexicanos, golpeadores, autoritarios, invadidos de celos que maltratan y golpean a sus parejas, viven un infierno, son neuróticos empedernidos, usan drogas y no aceptan ayuda, se juntan con una y tienen hijos, con otra y tienen familia, son irresponsables les dan la espalda a sus crías y no se hacen responsables, junto con las madres solteras, hacen de esta sociedad, una verdadera bomba de tiempo, cuyas explosiones ya se sienten en el alto índice de divorcios, en el alto porcentaje de madres solteras y de niñas madres, la explotación social, se palpa en la deserción escolar, en el impresiónate índice de suicidios, en la violencia doméstica, la violencia urbana, se palpa también en el mar de corrupción y de ineptitud de tanto mediocre funcionario público, universitarios enfermos, magistrados soberbios, catedráticos, homosexuales reprimidos, que no son más que esos niños, ahora de adultos, abandonados, desterrados del amor de sus padres, seres resentidos que se llenan de soberbia con un enorme vacío espiritual, son pues, estos niños nacidos en los hogares disfuncionales los que activan la decadencia de la sociedad.
Ansiedad, sinónimo de sufrimiento
Estos niños, como yo lo fui, no saben cómo manejar la ansiedad y por ansiedad arruinamos nuestras vidas. La ansiedad (del latín anxietas, ‘angustia, aflicción’) es una respuesta emocional o conjunto de respuestas que engloba: aspectos subjetivos o cognitivos de carácter displacentero, aspectos corporales o fisiológicos caracterizados por un alto grado de activación del sistema periférico, aspectos observables o motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos.
La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. En la actualidad se estima que un 20.5% o más de la población mundial sufre de algún trastorno de ansiedad, generalmente sin saberlo. La ansiedad es como la gasolina en el alcohólico, el drogadicto, el maniaco depresivo, el adicto a cualquier adicción, es lo mismo para el codependiente, para el enfermo emocional, como para el neurótico, para el fumador, la ansiedad es veneno puro para todos, por la ansiedad tengo miedos, por ansiedad digo mentiras, por ansiedad no puedo controlar mis emociones, por ansiedad soy adicto y sufro. La ansiedad tiene que ver con mi manera de pensar, de actuar y de sentir, con mi personalidad y mi manera de relacionarme, por ansiedad tengo el pánico escénico, miedo al hablar en público, por ansiedad me lleno de miedos y por miedos soy soberbio, pierdo los estribos y la loca de la azotea se adueña de mis pensamientos.