Columnas

No le temen al Covid

  • Por: JUAN GILBERTO BANDA REYES
  • 02 NOVIEMBRE 2020
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No le temen al Covid

Ayer inició la celebración del tradicional Día de Muertos en forma muy singular: los panteones estuvieron cerrados por disposiciones sanitarias y por lo mismo la gente no pudo recordar a sus difuntos como es la costumbre. 

Pero no culpen de lo anterior al gobierno que tomo la drástica medida sino a los irresponsables que por no atender las disposiciones de usar cubre bocas y mantener la sana distancia provocaron que el temible coronavirus de nuevo comenzara a sembrar dolor entre los reynosenses.

No quisimos entender que este virus no perdona y ahí están las consecuencias. De nuevo ya se ven filas por las farmacias, y ya sabemos que es lo que sigue: escasez de oxígeno y saturación de los hospitales, y de ahí, muchos a la funeraria.

El gobierno estatal se gastó mucho dinero en atender a los enfermos por Covid 19, se avispó acordando medidas que impidan o cuando menos frenen la propagación de este terrible y mortal mal, y una de ellas nos dolió mucho porque no permitió ir a visitar a nuestros difuntos, lo que de coleada causó daños en la economía entre los comerciantes de la flor que no pudieron aprovechar ese día especial para incrementar sus ventas y emparejarse por los daños que ha venido causando en la economía local el temible coronavirus.

Debemos de entender que las medidas sanitarias son de aplicación obligatoria, si no lo aceptamos, hasta las posadas, previas a la celebración de la navidad y que son toda una tradición no podrán llevarse a cabo. Y hasta la mismísima virgen de Guadalupe se quedará sin recibir las oleadas de peregrinos que en la noche del 11 de diciembre acuden a las parroquias principales de cada ciudad.

Aquí el obispo de Matamoros, EUGENIO ANDRÉS LIRA RUGARCÍA, ya anticipó que no habrá festejos a la morena del Tepeyac para evitar contagios. La misma disposición fue para la celebración de San Judas, pero a los feligreses les valió menos que un comino, y como siempre ocurre, abarrotaron la parroquia situada en la colonia La Cañada. Así de ese tamaño es el riesgo y por lo mismo no se vale ser irresponsable.

Al gobierno le cuesta mucho esfuerzo atender este tipo de virus y a nosotros nos sale carísimo porque nos pega donde más duele que es en la salud de los nuestros. Ayer, por cierto, mi esposa, dos de mis hijos y yo tratamos de salir de nuestro encierro temporal en casa para ir a almorzar a un restaurante especializado en enchiladas y enpipianadas situado por el rumbo de la espuela del ferrocarril y bulevar Álvaro Obregón y tuvimos que regresarnos. El local, que es muy grande, por cierto, estaba saturado de comensales y con clientes llegando para esperar se desocuparan mesas. Y lo peor, no había respeto a las disposiciones sanitarias.

Ojalá y en 15 días no se reporten casos de paciente Covid entre esos comensales. Entre tanto, el mundo de la política sigue girando, los prospectos alcaldicios buscan hacerse presente de una u otra manera. Al parecer tanto en el PAN como en el MORENA van a recurrir al posicionamiento para definir las candidaturas, pero por aquí, en ambos partidos les está pasando de noche la equidad de género que por hacerlo ya les debe haber caído como baño con agua helada el reciente anuncio del Instituto Nacional de Electores en el sentido de que ocho de las 15 candidaturas para gobernador en las elecciones de junio del próximo año deberán ser para mujeres. En el caso de Tamaulipas no estará en juego la gubernatura, pero si, aparte de las diputaciones federales, las alcaldías y las diputaciones locales.

En el caso de las curules, ya bien federales o locales no hay problema con la galantería que ni a huevo con papas impone la equidad de género por la sencilla razón de que en las diputaciones no hay presupuesto y por lo mismo no hay codicia, y si no hay ese tipo de atención tampoco hay encono por obtener esas candidaturas. En cambio, sucede todo lo contrario, para la de presidente municipal que ha sido la causa de todas las discordias habidas y por haber.

Y es que, oiga usted, en ese sillón del palacio municipal al más chimuelo, como por arte de magia le hace resolver sus problemas financieros y los de una o dos generaciones que le sigan, de ahí la enjundia por obtener esa candidatura.

A la gente ya no le pican los ojos con que quieren ser alcaldes guiados por el ánimo de servir. Por eso la subasta del voto popular y no se diga de los operadores y de los representantes de Partido en las casillas electorales y hasta los del INE o los del IEETAM que en el pasado dieron en una u otra manera motivos para la sospecha por la parcialidad del criterio que nadie cree que haya sido de grapa, y por unos, porque hay que decirlo, la llevaron todos, pero así de desbordante es la ambición por la presidencia municipal, lo mismo en nuestra querida Reynosa que en cualquier otro municipio. Son contados en los que no se da esta situación que todos sabemos no es reciente.

El columnista recuerda particularmente una película del célebre e inolvidable MARIO MORENO Cantinflas, en la década de los 50´s, en donde encarna a un sultán a quienes sus consejeros acuden a recordarle que se van a llevar a cabo elecciones y le preguntan que quien desea que gane, y el mimo respondió con su ingeniosa picardía: hasta la pregunta ofende, el pueblo debe decidir el que debe ganar, pero que serán los míos. Huelga decirles las carcajadas que retumbaban por las salas cinematográficas.

Tiempo más atrás, otro celebre cómico mexicano, Palillo, también filmó una película sobre las trampas electorales y todo lo anterior nos refleja que esto de ganar "haiga sido como haiga sido" es una tradición como la del Día de Muertos.

Hay que prender veladoras para que en las elecciones del próximo seis de junio estas deleznables practicas no se lleven a cabo, pero el columnista lo ve harto difícil por no decir que imposible. 

Hay una circunstancia muy pesada que impide el sano juego democrático y esta es que para ganar las elecciones en una alcaldía del tamaño como la de nuestra querida Reynosa, según los operadores que han participado en este tipo de procesos, me han dicho que el candidato que quiere ganar, le invierte de 50 a 60 millones de pesos, que luego los querrá recuperar ya bien para resarcir su peculio personal o para pagarle a los Mecenas que no desinteresadamente apoquinan billetes en las campañas electorales.

Son compromisos que luego producen los nefastos moches para desarrolla las obras que finalmente inciden en la calidad de las mismas. Por ello, los trabajos de pavimentación, la mayoría, al año o cuando mucho tres años, ya presentan agrietamientos y baches.

Eso no es producto de una imaginación, es algo que en forma muy a la vista hemos tenido los reynosenses, pero mientras que se necesiten 50 o 60 millones de pesos para ganar las elecciones alcaldicias no podrá haber el libre juego democrático, y luego provocará que la administración no desarrolle obras con la debida calidad. No todas son deficientes pero una buena parte a todos nos consta que sí.

Y por hoy, BASTA.

gilberto.banda@hotmail.com

gilberto.banda@elmanana.com

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