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La peligrosa amenaza de las aguas residuales

  • Por: SETH ROJAS MOLINA
  • 07 AGOSTO 2017
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La peligrosa amenaza de las aguas residuales

La semana pasada se realizó un evento con el que las autoridades municipales dieron por iniciados los trabajos para la reconstrucción del Cárcamo 10, que incluye la introducción de más de un kilómetro de tubería de drenaje que reconectará la red general del oriente de la ciudad con la obra de rebombeo de aguas residuales. 

Los recursos que destinará el Ayuntamiento de Reynosa para la ejecución de las obras rebasan los cincuenta millones de pesos. Un presupuesto muy significativo definitivamente.

Es importante recordar que desde hace casi 20 años se han invertido multimillonarias cantidades para la rehabilitación del sistema de drenaje sanitario y para la infraestructura de tratamiento de aguas residuales. 

A partir de 1998, el Banco de Desarrollo de América del Norte ha aprobado dos créditos por un total cercano a los 100 millones de dólares destinados precisamente para proyectos de alcantarillado y saneamiento.  

El primero por 83 millones 400 mil dólares y el segundo –en 2016– por un monto de 15 millones 658 mil 700 dólares.

Desafortunadamente estas inversiones no han tenido el impacto que se esperaba en la disminución del problema de las aguas negras de  la ciudad.  

Dentro de la justificación del proyecto de reconstrucción del Cárcamo 10, el gobierno municipal de Reynosa ha citado el abandono del mantenimiento de esa instalación y del colector de poco más de mil metros de longitud que será sustituido.  

Es un problema que desde hace muchos años afecta a miles de residentes del oriente de la ciudad que constantemente padecen brotes de aguas residuales.

Resulta preocupante que un asunto de tal magnitud se haya dejado de lado durante tanto tiempo. 

Es inadmisible que con tantos recursos que se dispusieron para el sistema de drenaje, sin contar con dinero estatal o municipal que se haya aplicado en el rubro, no se haya atendido esa problemática.

Ese es un ejemplo de las carencias estructurales que hay en la conducción y tratamiento de las aguas negras que generamos. La situación que guarda la prestación del servicio tiene que ver con muchos factores. 

Entre ellos, el más importante, está el crecimiento desordenado de la ciudad. Amplias porciones de Reynosa ocupan sitios que no son aptos para la urbanización. 

Por otra parte, la mayoría de los fraccionamientos que se crearon aprovechando el “boom” inmobiliario de hace algunos años fueron conectados a las redes generales de servicios públicos sin que se dispusiera de la infraestructura necesaria para atender esa sobrecarga.

Otra de las causas del rezago existente es la pésima calidad de la urbanización en muchos de los nuevos fraccionamientos, principalmente los destinados a trabajadores de bajos ingresos.

Las deficiencias en los sistemas constructivos provocaron la acelerada destrucción de las calles y redes de drenaje en esos lugares. Esto, además de afectar directamente a los habitantes, complica aún más la atención de un problema que se ha convertido en factor determinante en el empobrecimiento de la calidad de vida en la ciudad.

Todo ello sin dejar de lado la corrupción en la ejecución de la obra pública. Los vicios que imperan en la asignación de los recursos públicos disminuyen, a veces sustancialmente, la calidad de la construcción de las obras.  

Por eso, a pesar de tanto dinero destinado para la rehabilitación del drenaje y de la infraestructura de tratamiento de las aguas residuales, los resultados son muy magros. 


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