Difícil llegar a final feliz

El tema de la semana va a seguir siendo el eventual encuentro entre el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y los 10 gobernadores federalistas. Ya expliqué en mi entrega de ayer y de acuerdo a mi personal enfoque la causa principal por la que veo difícil que lleguen a un desenlace feliz.

El estar acostumbrados a ganar es un obstáculo para que aflojen lo mismo los gobernadores que AMLO; la diferencia, como también lo dije, es que el presidente tiene el control de la caja de las galletas y además dispone de la Auditoría Superior de la Federación, y por si fuera poco del SAT y de la Unidad de Inteligencia Financiera, que aun estando bien las cuentas, como dicen en el rancho: si le buscas, le encuentras.

Claro que los 10 gobernadores se mantienen unidos para evitar ser fácil presa de las embestidas de cualquiera de las tres citadas dependencias. Algo similar acontece en el mundo animal: los que son depredados, saben que cuando hay ataque de depredadores, mantener pegada la manada es la forma de salvación, y como siempre sucede, o los que por angas o mangas se rezagan son los que terminan siendo devorados.

En el mundo de la política no es diferente: los gobernadores lo saben y de ahí la solidez del grupo. Lo que está por verse es si no se va a resquebrajar en cuanto empiecen a tirar dentelladas la jauría del SAT o de la Auditoría Superior de la Federación.

Y es que, oiga usted amigo lector, una cosa es reclamar más recursos porque con los que se les asignan no alcanza para los gastos y otra hacer ese tipo de peticiones sin tener demostrado que el gasto público se ha ejercido con toda nitidez lo que significa demostrar en qué se gastó sin recurrir a las factureras o inflar los gastos en las obras.

De ahí, lo interesante de ese encuentro del presidente con los 10 gobernadores, que, si se da con ánimo conciliatorio, cosas buenas saldrán de esa reunión, que además es lo que se espera.

Lo que veo difícil por no decir que imposible es que los gobernadores obtengan una tajada más grande del pastel por la circunstancia de que la pandemia mandó al suelo a la economía y encima de ello disminuyó el precio del petróleo, y como dos más dos son cuatro no hay forma de que sean seis.

Por si fuera poco, el gobierno de López Obrador tuvo que recurrir a la desaparición de fideicomisos para de ahí tomar los recursos que faltaron para completar el gasto en el 2021.

Entonces, estando así las cosas, de momento no veo cómo vaya poder el presidente darles más a ellos sin quitarle a los otros. La propuesta de que cancele temporalmente las obras de la refinería Dos Bocas, del aeropuerto de Santa Lucía y del tren maya, de antemano se puede decir: eso no sucederá, son las obras cumbre del presente gobierno; suspender un año su desarrollo implicaría que terminaría el sexenio de AMLO y no se concluyeran.

Además, esas obras contribuyen a mejorar la economía en el centro, sur y sureste del país y por lo mismo a generar empleo, independientemente de si son fastuosas o no.

Lo innegable es que esas regiones del país requieren del impulso económico y bajo esa situación AMLO no pospondrá esos proyectos, así le demuestren con pelos y señales que desde el punto de vista financiero son inviables, de todo lo cual supongo que si se da esa reunión no se ve por donde vayan a llegar a una buena conclusión.

Y entonces, ambas partes estarán contra la pared: los gobernadores decidiendo salirse del pacto fiscal y el presidente obligadamente a aplaudirlos. 

A estas alturas, López Obrador sin ser economista seguramente ya sabe que al retirarse los 10 gobernadores del pacto fiscal quedarán fuera del reparto del pastel que se amasa con el IVA y el Impuesto Sobre la Renta, así como de los ingresos petroleros, que en este año han sido magros, pero hay señales de que en el próximo van a mejorar.

Sin esa porción de recursos los gobernadores tendrán que ser muy perrunos con el cobro de los impuestos locales y encima de eso tendrán que crear otro tipo de impuestos para tapar el boquetón que quedará en las finanzas estatales al no recibir de la Federación lo que corresponde por cobro de impuestos federales.

Pensar en que por salirse del pacto fiscal el IVA y el ISR pasarán a control de las finanzas estatales, eso solamente cabe en ciudadanos de educación básica porque hasta los de enseñanza preparatoria tienen conocimiento de que esos ingresos son federales, que en el caso de Tamaulipas altiva y heroica lo grueso de la recaudación federal proviene de las aduanas como consecuencia de la importación y exportación de mercancías, las cuales no tengo datos macizos al respecto, pero a ojo de buen cubero se puede decir que un 80 o 90 por ciento de los productos que se exportan o importan no son de Tamaulipas sino de otras entidades.

El aguacate, por ejemplo y otro tipo de frutas y legumbres, y no se diga la importación de gas y gasolina, que esa va en su mayoría para el interior del país.

En pocas palabras, salirse del pacto fiscal no parece ser una buena decisión, va a salir como dicen en el rancho, más caro el caldo que las albóndigas.

Y retirarse de la federación como es la aspiración centenaria de los regiomontanos eso no cabe ni en el más enmariguanado sueño. Significaría balcanizar el país, algo que obviamente no lo va a permitir la federación y ya es fácil suponer a qué método va a recurrir para evitarlo.

Para una cosa así se requiere que una potencia extranjera ande alimentando esos sueños. Los rusos no están en condiciones geográficas y económicas como para andar sudando calenturas ajenas y a Estados Unidos no le conviene que México se balcanice.

Entonces, los que intentaran salirse de la federación estarían solos ante los embates de sometimiento.

Por eso digo: no veremos a estado alguno salirse de la Federación y quien lo haga estará metiéndose en agudos problemas.

Me parece que el único camino que les queda es el de la conciliación, finalmente no están pidiendo que les envíen recursos como lo precisó el gobernador de Tamaulipas, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, sino que la federación invierta más, y me parece que mediante esa propuesta sí se puede llegar a una amistosa conclusión. Es lo que todos esperamos, pero habrá qué estar al pendiente.

Y por hoy, BASTA.

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