Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Del inocente cordero, al lobo feroz
El alcohólico es un vampiro
El cumulo de defectos de carácter que lo distinguen, lesiona emocionalmente a su pareja, se torna autoritario, controlador, manipulador, mentiroso, extorsionador emocionalmente y chupa, cuantas veces se le antoja, la paz interior de su esposa, le roba la tranquilidad, su estabilidad mental y emocional, le chupa su energía, sembrando de incertidumbre noches y días, convierte su hogar, en un verdadero infierno, en un campo de batalla lleno de agresiones, insultos, provocaciones y humillaciones, la esposa, ve la magnitud de la enfermedad de su pareja, pero es incapaz de ver su propia enfermedad emocional, que es codependencia pura, nace un profundo espíritu de rescatadora, pensando, en que aquí no pasa nada, es cuestión de tiempo y por desgracia, el tiempo de le va de las manos, hay casos donde la mujer se enferma más que el alcohólico y en busca de ayuda, comete infinidad de errores, que lejos de solucionar el conflicto, lo hacen más grande y más grave, no he visto a nadie que le gane a esta perra enfermedad, maldita enfermedad, perversa del alma.