Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA

Celos patológicos, psicóticos, enfermizos

Muerto en vida, pero aún lleno de prepotencia y de achichincles; muerto en vida, pero orgulloso y engreído, como esa tarde en la que me burlé de los compañeros que fueron a darme el mensaje de mi fraternidad "Alcohólicos Anónimos".

Muerto en vida, pero aún lleno de prepotencia y de achichincles; muerto en vida, pero orgulloso y engreído, como esa tarde en la que me burlé de  los compañeros que fueron a darme el mensaje de mi fraternidad "Alcohólicos Anónimos".  Negado hasta las "cachas", pero tuve que pagar severamente las consecuencias; me burlé de ellos, les ofrecí una cerveza o un vodkita, y tomé desvergonzadamente, delante de ellos. Y aunque no dijeron nada, hubo algo que me marcó de por vida.  Tiempo al tiempo, si es que antes no te mueres. Así se me dijo a mí, y no hice caso. Con el alcohol y las drogas no se juega, no hay quien les haya ganado la batalla, tarde que temprano, la obsesión te gana.  Lo que tú le avientas a la vida, la vida te lo regresa, es el boomerang, todo se paga, nunca antes ni después, siempre justo en tiempo. El que la hace, la paga, y el boomerang es un huracán rugiente, y te pega donde más te duele, Tarde que temprano, todo se paga.

Celos patológicos, psicóticos, enfermizos