Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Celos patológicos, psicóticos, enfermizos
Lo tenía todo, pero mi drogadicción me despojó de todo: me robó mi trabajo, mi éxito, mi trayectoria; la droga exterminó mi vida en todos los sentidos
Memorias de un adicto
Aparentemente lo tenía todo; una imagen pública posicionada, posesionada, arraigada, una estructura socioeconómica que me permitía sentirme bien cuando me buscaban por todos lados, así como resolver al instante, cualquier problema, por muy grueso o costoso que fuera. Dominaba un alto nivel de audiencia en el norte de México, jamás visto, lo tenía todo, credibilidad, fuerza, liderazgo, dependían de mí más de 60 personas, entre reporteros, redactores, locutores, operadores, secretarias, vendedores de publicidad, corresponsales y colaboradores, entre otros. Lo tenía todo, pero mi drogadicción me despojó de todo: me robó mi trabajo, mi éxito, mi trayectoria; la droga exterminó mi vida en todos los sentidos. Me volví loco, hundido en depresión y con un nivel de ansiedad altísimo. Me drogaba para vivir, vivía para drogarme. Tenía una mujer hermosa, autos, vivía en una super residencia con alberca techada, jardines, muchas recámaras, salas y otras cosas. Ahí en ese cuadro están mis cuatro hijos, tres varones y una encantadora mujercita, la mayor, por supuesto. Ahí estaba también mi madre, que es el glamour andando; en apariencia éramos la familia feliz, nadie podía imaginar que ese "gran periodista" había trasformado en un super drogadicto, alcohólico, neurótico, maniaco-depresivo, secuestrado por su celotipia infernal, obsesión que mata; lo tenía todo, empleados, asistentes, "amigos", todo lo que la felicidad puede representar, pero... no me tenía a mí mismo. Contaba yo con mi staff de colaboradores personales, chofer, jardineros, guardaespaldas, más 3 sirvientes en mi casa, una villa tipo colonial italiano; contaba con dos asistentes que me resolvían todo tipo de problemas, incluso, hasta ir con el pucher1 hasta 5 o más veces al día, velarme el sueño a las 3 de la tarde o conseguir recetas para comprar medicamentos controlados como Nubain, que es morfina sintética o fármacos controlados como el Tafil, Valium, Lexotan, Ribotil y otras porquerías más. Lo tenía todo, y estaba lleno de soberbia. ¿Qué hora es?, la que usted mande patrón. ¿Qué problemas puedes tener si prácticamente lo tienes todo, todo en absoluto