Pinza Mortal

A partir del temblor del pasado 19 de septiembre, las voces de encono y molestia contra el gobierno tomaron nuevos bríos. La ineptitud sumada a la rampante corrupción muestra su nefasta cara cuando ocurren estos tipos de desastres. Las mentiras noticiosas y su cobertura tendenciosa nuevamente toparon con el reguero de pólvora de las redes sociales para desenmascarar falsas esperanzas y actos de rapiña de algunos gobiernos para hacerse de los donativos que el mismo pueblo presuroso y con solidaridad envió a los damnificados.

Pero esos actos son nada cuando analizamos el frenesí del pueblo para tomar revancha contra los partidos políticos a quienes con sobrada razón acusa del irresponsable despilfarro del erario. Ahora el pueblo pide se le retiren los fondos gubernamentales a los partidos y que estos subsistan sólo con apoyos privados.

Dirían los actuales metafísicos; "Ten cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir". Dejar que los partidos se patrocinen solo con dinero privado generará un crecimiento escalado de la corrupción y lo peor; generará que  sólo los que tengan dinero podrán elegir a sus gobernantes.

Déjeme le explico, amigo lector: Pensemos por un momento que cualquier candidato que aspire a un puesto de elección deberá financiar totalmente su campaña con dinero privado. Deberá recurrir a inversionistas, con los cuales deberá hacer acuerdos para devolver su dinero con sus respectivos réditos a través de contratos. Usted dirá, eso ya sucede. Sí, pero ahora no habrá alternativa para ningún partido de participar sin dicho arreglo. Por otro lado, solo podrán participar candidatos que tengan padrinos económicos y los muy ricos podrán darse el lujo de lanzar candidatos afines a sus propósitos económicos, alejando cada vez más la brecha de la desigualdad.

En el mundo hay países que los partidos no reciben fondos gubernamentales, como son: Venezuela, Irán, Italia Libia, India, Egipto, entre otros. En cambio, los países más desarrollados democráticamente hablando son los que reciben financiamiento gubernamental, incluso impidiendo el privado, precisamente para evitar que los políticos se obliguen a contraer arreglos económicos con particulares.

Ahora bien; con esto no quiero decir que no debemos poner un alto a tanto estúpido derroche de las campañas. Lo que yo creo debiéramos presionar es, como en Francia, prohibir el gasto de propaganda en medios masivos de comunicación, que es precisamente a dónde van el 90% del gasto. Y otra cosa más que sólo en México ocurre; prohibir terminantemente hacer publicidad de la obra pública y programas de desarrollo social por parte del gobierno, ya que esa publicidad es para apuntalar al partido que está en ese mismo gobierno. En casi ningún lugar del mundo está permitido hacer esto. Usted nunca verá a un mandatario de EU, Francia, España, Bélgica, Alemania u otros países desarrollados, inaugurando obras con los medios de comunicación o haciendo publicidad de los logros. Eso está prohibido.

Fíjese lo que hoy le digo amigo lector; si en México prevalece y aterriza la idea de eliminar el financiamiento federal a los partidos, se cerrará la pinza antidemocrática iniciada por Salinas de Gortari para controlar totalmente al país. Por eso desgranó en los 90s al mismo PRI y su hegemonía e implantó en su lugar una forma para perpetuarse en el poder: un comité empresarial que él dirige. Con la privatización del petróleo se hace del más importante apalancamiento energético y económico del país. Solo le falta quitar del presupuesto a los partidos para con ese dinero solo impulsar a quienes les sirvan a sus intereses.

Y como ocurrió en Venezuela, dónde un pequeño grupo de empresarios enviaba candidatos a modo por ambos partidos a través de 3 décadas, hasta que llegó el finado Chávez a romper con esos vicios. Por supuesto; generó otros por querer conservar el poder. Pero Chávez fue la consecuencia del hartazgo de la gente.

De tal manera que impedir el financiamiento público de los partidos a quien más beneficia es al PRI, porque tienen a sus entidades para financiar, como lo hizo Javier Duarte, las campañas políticas, dejando en total desventaja a los partidos de oposición. De hecho; históricamente hablando hubo dos mediadas del gobierno de López Portillo, que se convirtieron el semilla democrática de México; las posiciones plurinominales y el financiamiento público de los partidos.

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