Editoriales

Corea del Norte o Siria

  • Por: ABEL OSEGUERA KERNION
  • 14 AGOSTO 2017
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Corea del Norte o Siria

Las noticias sobre las tensiones entre Corea del Norte y los Estados Unidos parecen haberse escalado tras las amenazantes declaraciones del gobierno de Pyong Yang. Una guerra en aquellos parajes parece no causar demasiado resquemor en suelo americano y menos mexicano. Pero no es así, hay familias que perdemos el sueño pensando que una catastrófica guerra pueda ocurrir. Dónde sea.

       En mi caso; mi hijo estuvo de servicio en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en la base de Osan, a unos 60 kilómetros de Seúl, la capital. Todas las noches, cada noticia, cada declaración, sobre todo esas noticias tendenciosas y alarmistas nos robaban el sueño. Aun cuando nuestro hijo ya está en suelo norteamericano y continúa sirviendo a su país en una zona segura, no dejamos de preocuparnos por sus amigos que aún están allá. 

       Vivir la posibilidad de una guerra de esas dimensiones es terrible para la familia, cada soldado, cada joven en uniforme se convierte en nuestro hijo. Hoy sabemos hay unos padres rezando por ellos, hermanos e hijos añorando su regreso. Ellos no son malos, muchos tienen sueños y deseos de ganar becas estudiantiles, se les ve en sus rostros el amor a la vida. Pero escogieron un camino complicado de servicio a su nación.

      Ahora bien; mi preocupación es grande por razones que sólo la historia me concilia. Las tensiones entre las grandes potencias tienen que ver con la mala economía que están sufriendo la mayoría de las naciones. Hace 100 años el periodo de liberación económica y el desvanecimiento de los aranceles comerciales empujaron a la creación de grandes capitales que fueron monopolizando los mercados. Esta iracunda acumulación de riqueza generó lo que llamo “inflación de los ricos”, que es el aumento del valor de las acciones en las bolsas. Un valor inflado no por la alta productividad y ventas, sino por la diversificación de inversiones de pocas manos. 

        Un poco antes de que esa burbuja estallara, los primeros síntomas de la pobreza se hicieron sentir en el mundo en dos movimientos sociales enormes. La Revolución Mexicana y la Rusa, además de una Primera Guerra Mundial. La cosa no acabó ahí, porque de fondo la falta de intervención gubernamental para frenar los abusos laborales y la avaricia empresarial de unos cuantos colmó aquella gran burbuja y explotó en 1929. 

El desempleo cundió de la mano de la quiebra de miles de negocios. Hasta que en 1933 llega a la Presidencia de los EU Franklin D. Roosevelt. Populista, izquierdista y hasta comunista lo llamaron los barones del dinero y sus medios de comunicación. Para el pueblo norteamericano fue la salida justa para rechazar todo aquello que les había robado la esperanza. El tiempo, los aranceles, las leyes laborales y la separación de la banca comercial de la de inversión les dieron la razón. 

         Pero el daño mundial ya estaba hecho, las provocaciones y el sentimiento expansionista desembocaron en la Segunda Guerra Mundial. Millones perdieron la vida.

        Ahora entiende mi preocupación, amigo lector. Hoy estamos viviendo exactamente lo mismo que hace 100 años y nuestros políticos estúpidamente creen que la globalización y el libre comercio traen riqueza. Eso es una estupidez que solo denota su falta de instrucción histórica. Esto ya ocurrió antes y no lo conocen.

       Hace casi 100 años fue la invasión de Polonia y China como comenzó aquella escaramuza, hoy pude ser Corea del Norte y Siria. Sólo que ahora las armas son altamente destructivas, pero el mundo tiene una pobreza que crece al mismo ritmo que se enriquecen unos cuantos. El mundo está a punto de estallar y mi familia sigue pensando en cada soldado, en cada joven que como nuestro hijo es una esperanza latente en el corazón de una familia.

Contacto: 

abeloseguerakernion

@gmail.com


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