Editoriales

Viejos sabios

  • Por: ABEL OSEGUERA KERNION
  • 07 AGOSTO 2017
  • COMPARTIR
Viejos sabios

Recuerdo con claridad aquellos tiempos, de los setentas y un poco los primeros años ochenta. Aumentos salariales, defensa de la clase obrera y campesina, apuntalamiento del desarrollo con energéticos baratos, industria nacional, inversión estatal, precios de garantías en los granos, créditos agropecuarios e industriales. En general una economía mixta.

México sostenía en sus planes sexenales de desarrollo un equilibrio entre la inversión privada y la nacional, Pemex, CFE y Telmex eran bastiones gubernamentales de desarrollo y comunicación. 

Luego vino la crisis internacional de materias primas que mandó al carajo el precio del petróleo y con ello la crisis de los ochentas. No fue exclusiva de México, pero sirvió para que llegaran al poder jóvenes con ideas totalmente contrarias a las políticas públicas de aquellos viejos políticos.

Con Salinas de Gortari México se suscribió al Concilio de Washington y debió emprender una cruel batalla contra todo aquello pregonado por los viejos políticos de ideas revolucionarias. No más precios de garantías, no más inversión nacional, dispusieron en venta bancos, industria acerera, almacenes, plantas petroquímicas, astilleros, televisoras, miles de empresas paraestatales, incluida Telmex. 

Acabaron con Conasupo, los precios de garantía y Banrural. Dejaron a un lado la idea de la autosuficiencia alimentaria y la inversión estatal en los sectores productivos para dar cabida a la inversión extranjera y maquiladora. 

Este próximo año seremos importadores de petróleo, ya tenemos años importando gasolina, cuando antes exportábamos. Aquellos viejos políticos, con todo y sus vicios eran nacionalistas, hoy los políticos son entreguistas. Aquella constante búsqueda de la soberanía alimentaria y energética ha quedado en el olvido. Los milenios ni siquiera la conocieron y los libros de historia ni la reconocen.

Con estos antecedentes, amigo lector puede darse usted una clara idea del porque la pasividad y mansedumbre del Presidente Enrique Peña Nieto frente a su homologo Donald Trump ahora que se dieron a conocer las transcripciones de su conversación. México tiene una total dependencia de los Estados Unidos, importamos sus gasolinas, sus granos, dependemos de su tecnología, de sus compras y hasta de las remesas de nuestros paisanos. Somos un país sometido gracias al abandono de las políticas de apuntalamiento soberano. 

El campo no tiene financiamiento, los productores están atrapados entre las deudas, la competencia internacional, la escasa mano de obra que migra a EU y la delincuencia. La industria mexicana ha pasado a manos extranjeras o ha desaparecido en su mayoría. Por eso solo  nos hablan del PIB y guardaron en el cajón del olvido al PNB, porque seguramente está en números negativos.

El presidente Enrique Peña Nieto está obligado a someterse, Trump tiene el sartén por el mango, porque además seguramente Estados Unidos ya le ha hecho llegar un dosier con las cuentas de muchos políticos en el extranjero, incluso suyas. 

Pero la culpa de este sometimiento no solo es de Peña Nieto, aquí también son responsables, todos y cada uno de los presidentes y gobiernos a partir de Salinas. Ya no se diga la panista que quiere ser “Presidenta”. Quien no solo conformarse con la dependencia económica y alimentaria fue al besa manos con algunos senadores americanos para ahora imponer una dependencia política electoral.

Siendo así amigo lector, el Presidente es sumiso porque es el resultado de sus antecesores priistas y panistas que siguen con la tradición antisoberana y dependiente, porque confunden la sana cooperación con la enfermiza dependencia, porque la atan sus actos de corrupción, porque en México se ha perdido el amor a la camiseta productiva y lo peor; los medios han convencido a muchos que si abandonamos esa dependencia nos va a ir como a Venezuela. Bueno, les tengo una noticia; nos está yendo igual o peor que a Venezuela. Allá no hay insumos, acá sí, pero no hay con que comprarlos. ¿Cuál es la diferencia? 

Extraño aquellos viejos sabios, que con sus políticas pacificaron al México bronco posrevolucionario. Hoy el hambre lo ha vuelto a despertar.

Contacto: 

abeloseguerakernion

@gmail.com


Continúa leyendo otros autores

DEJA TU COMENTARIO