Poesía y leyendas
Sin duda Gustavo Adolfo Bécquer es uno de los poetas más grandes del romanticismo español. Podemos mencionar a grandes exponentes de la poesía de esa época como José Zorrilla y José De Espronceda, cómo olvidar aquella Canción del pirata que lo hiciera tan celebre.
Bécquer se cuece aparte porque su estilo se manifiesta un contraste poético dentro del cual elimina el artificio y es poco atípico de las características del movimiento poético de la época.
Pero hoy no he venido a hablar de poesía, sino de leyendas. Es cierto que España es una tierra que encierra muchos mitos e historias. Gracias a su gran diversidad existe en la península una amplia gama de historias típicas de cada una de sus diferentes regiones. En el país vasco por ejemplo encontramos la leyenda del Zenzengorri, un toro rojo que asolaba la región o la del Herrementari, un herrero que debido a su fuerza bruta hizo a un demonio su prisionero.
Sin embargo, y a título personal considero que la región más rica en el tema de leyendas refiere es Galicia donde; La Coruxa, La Santa compaña, una procesión de almas que se aparecía previo a la muerte inminente de una persona, y los duendes forman parte fundamental del folclor gallego.
En la obra de Bécquer el mundo de las leyendas, hacer lucir más obras y torna su lectura de lo más agradable. "El sevillano" fue el número uno del decimonónico en cuanto a la narración de estas historias refiere.
Obras como; La corza blanca, La cruz del diablo y Cartas desde mi celda, hicieron de Bécquer un icono que se enfocó en la parte noreste de España para elaborar su repertorio de leyendas.
Casi todas sus obras son ambientadas en Aragón o Navarra. Como ejemplo en La Cruz del diablo cuenta la historia de unos viajeros que a punto de cruzar los Pirineos se detienen a rezarle a una cruz, sin embargo el guía les previene de hacerlo. Más tarde, el guía les cuenta a los viajeros la leyenda de la cruz, una historia como apunta Bécquer fue pasada de generación en generación para entretenimiento de la gente.
Sin duda Bécquer sabía qué puntos atacar con sus obras. En Cartas desde la celda escribe acerca de las brujas de Trazmoz.
Bécquer estuvo internado en un convento cercano a las faldas del Moncayo debido a dolencias a causa de la tuberculosis y fue allí donde conoció la leyenda de las brujas o de "las amazonas del escobón" que ese era el calificativo que él les daba. Por cierto Navarra y Aragón han sido tierra de brujas desde 1271.
En localidades como Zugarramurdi, Urdax y Bargota, siempre existieron personas que se dedicaron a curar con hierbas y a practicar rituales paganos. De hecho, en la comarca de Zugarramurdi es donde cada noche de San Juan se celebra el famoso Aquelarre o "Akelarre", supuestamente en la noche más larga del año las brujas invocan al maligno y se entregan a él. El antes mencionado Trazmoz es el único pueblo excomulgado en el mundo y es porque allí los gobernantes ponían brujas o pseudo brujas para ahuyentar a los curiosos pues el lugar era usado para acuñar moneda apócrifa.
El tema de la noche de San Juan y las hogueras realmente no tiene nada que ver con brujería pero la gente de la comarca creía que encender hogueras ayudaba al sol a ganar impulso para que pudiera darle la vuelta a la tierra durante el solsticio de verano.
Bécquer supo aprovechar muy bien todas estas historias y leyendas y creó historias muy entretenidas que siguen en el gusto del buen lector. Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento.
Aprovecha cada día al máximo, "Carpe Diem".
¡Hasta la lectura siempre!
