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Pantano de arenas movedizas

Clínicas y anexos, un rotundo fracaso en todos los sentidos

Estadísticas reales, oficiales y profesionales, demuestran que de cada diez internos, de clínicas y  de estos centros de desintoxicación y rehabilitación, 9 recaen, es decir, la recuperación es nula, lo que demuestra en términos generales que algo está mal, a pesar de que cada día, nacen nuevas clínicas y diversos anexos, centros de rehabilitación, nacen también, infinidad de drogas químicas y naturales, crecen las adicciones como al alcohol, cocaína, marihuana, anfetaminas, han nacidos un gran número de adicciones, como la ludopatía, adicción al juego, la disorexia, adicción a los gimnasios, de igual manera, sorprendentemente, surgen los adictos a las mentiras, adictos a la pornografía, al sexo, a la violencia, adictos, a meterse en lo que no me importa, igual adictos al peyote, al cristal, fontanillo y ahora, han regresado drogas que tuvieron un gran auge hace 30 0 40 años, como la heroína y el LSD, las adicciones, todas,  a sustancias y a los malos hábitos han crecido como la espuma, acompañando a esta efervescencia, otras conductas toxicas como la depresión o la autodestrucción, el suicidio en jóvenes menores de 13 años. 

Pantano de arenas movedizas

Lo que nos ubica en una sociedad altamente enferma de sus emociones.

Un drogadicto en casa

Propiamente es peor que una maldición, ligada a un drogadicto, esta su vida ingobernable, es un ser toxico, tiene una manera de pensar, extremadamente cuadrada, por demás cerrada, una de sus características, es claudicar a su presente y su futuro, renuncia a la escuela, deja de estudiar y se refugia en su recamara, descuida su aspecto personal, se abandona así mismo, cambia su lenguaje, su manera de vestir y amistades, adquiere una neurosis extrema,  es explosivo, agresivo, respondón, grosero, retador e intimidador, prendido de su enuresis, es capaz de golpear a su madre o a quien sea, se torna, mentiroso, promete cosas que él sabe que no podrá cumplir, entra en depresión, se hace adicto a la pereza, al conformismo, agarra una personales de extremada seriedad, en apariencia, no quiere y no permite, que nadie le diga nada, de la marihuana, pasa a la adicción del cristal y del cristal, al fentanillo, se convierte en un bueno para nada, en un nacido para perder y es un completo mediocre en todos los sentidos, la familia, no sabe cómo tratarlo, el marihuano, no regresa a estudiar, no acepta ayuda de nadie, ni reconoce lo mal de su condición, le cuesta mucho trabajo socializar y vivir una vida en la normalidad, cree fielmente, que la marihuana es medicinal y que no causa daños mayores en comparación de otras sustancias, con el tiempo, se hace inmune a la sustancia y busca nuevas sensaciones en otras drogas, la rutina de anestesiarse se arraiga en el drogadicto, la costumbre se hace ley y se acostumbra, como se acostumbra la familia, a la mediocridad, luchar contra la adicción de un drogadicto, pierdes, el tiempo, el agua y el jabón.-