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Ningún ser humano es un objeto desechable

  • Por: MSGR. JUAN NICOLAU
  • 20 JUNIO 2022
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Ningún ser humano es un objeto desechable

Roe v. Wade, es el caso judicial a través del cual la Suprema Corte legalizó el aborto en los Estados Unidos. Pese a que anuló muchas leyes federales y estatales sobre el aborto, no ha dejado de estar en medio de la discusión de las voces a favor y en contra.

Hoy, Roe v. Wade es solo uno de muchos ataques a la vida humana.

Después del frenesí por legitimar el aborto como un derecho civil de la mujer, hay una creciente conciencia de la inviolabilidad del derecho a la vida del niño por nacer. Ya nadie se sorprende por el hecho científico de que la vida del ser humano comienza en el momento de la fecundación del óvulo. La fecundación in vitro ha hecho una importante contribución en este sentido, permitiendo a los científicos conocer todos los procesos de la generación humana.

En esta etapa de comprensión o mayor comprensión de la vida no nacida, es posible, sin embargo, correr otros riesgos que, aunque no tan graves como las asociadas a la destrucción de la vida recién nacida, siguen siendo preocupantes desde el punto de vista moral y, convendría añadir, desde el punto de vista humano.

Nos referimos a la propuesta de un experto en procreación asistida que afirma que es posible y por tanto factible extraer del cuerpo de la mujer el óvulo ya fecundado y congelarlo para posponer la maternidad a un período más conveniente para ella. la mujer y su familia.

"Es una alternativa a la píldora del día después", afirma la ginecóloga, "que impide que se desarrolle el embarazo, provocando un aborto muy precoz. 

El experto también explicó la técnica a utilizar para completar la operación: la instalación de un banco de óvulos, donde se podrían almacenar los óvulos fecundados, obviamente por congelación.

Sobre la base, la Iglesia Católica y la cultura cristiana siempre han sostenido que el niño por nacer ya es humano. Para evitar informaciones incorrectas y dudas en materia de aborto o de interrupción del proceso generativo, siempre ha declarado ilícita toda intervención que pretenda destruir la vida por nacer.

La segunda parte, se refiere a la extracción del óvulo fertilizado y su conservación por congelación, sólo puede obligarnos a disentir. Esta operación es injustificable, incluso en vista de la reimplantación posterior en la misma mujer. La congregación para la Doctrina de la Fe se ha expresado en este sentido en su documento fundamental sobre bioética, Donum vitae. Vale la pena citar el pasaje relativo a este tema: "La congelación de embriones, aun cuando se realice para preservar la vida de un embrión —criopreservación—, constituye una ofensa contra el respeto debido a los seres humanos al exponerlos a riesgos graves de muerte o daño a su integridad física y privaciones.

La extracción del embrión estaría permitida únicamente en aras de una intervención terapéutica sobre el propio embrión para mejorar su estado físico de salud en caso de enfermedad grave, siempre que exista riesgo de muerte o desfiguración y sólo por el tiempo estrictamente necesario. 

Juan Pablo II afirmó: "una manipulación estrictamente terapéutica cuyo objetivo explícito sea la curación de diversas enfermedades, como las derivadas de las deficiencias de los cromosomas, se considerará, en principio, deseable, siempre que se dirija a la verdadera promoción del bienestar personal".

El embrión ya es un ser humano con dignidad y todos sus derechos. No puede subordinarse a motivos ni siquiera comprensibles por parte de las mujeres que desean posponer el embarazo. Es como si a una persona le dijeran: ahora mismo estás en mi camino; discúlpame pero te pondré una nevera grande, y espérame allí; Iré a buscarte cuando crea que es el momento adecuado.

Nadie aceptaría este razonamiento como sólido. Lo que es válido para la persona adulta es válido también para un ser humano de dimensiones microscópicas. El primero es una persona y el segundo es una persona. La discriminación es repelente a la conciencia y contamina la civilización. 

La alternativa al aborto debe entonces encontrarse en otras formas compatibles con las exigencias de la moral cristiana. Sin embargo, nadie puede utilizar a otra persona como un objeto del que pueda disponer a su antojo aun con la intención de respetar su derecho a la vida y dignidad como persona.

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también.  Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.

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