Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Alguien muy cercana a mí
¿Por qué recae, el recaído?
En estos años de mi recuperación, no he perdido contacto con mi enfermedad, veo adultos de 35 años, que los conocí internados en los centros de rehabilitación, anexos que me abren las puertas y coy a dará servicios, los conocí, a ellos y ellas, adictos desde temprana edad, doce, trece o quince años, los he visto entrar y salir de un proceso a otro, de tres meses, acumulando más de 20 encierros en los últimos años. No han podido o no han querido salir del pantano de las arenas movedizas, soy testigo del alto índice de recaídas de clínicas y centros de rehabilitación, de cada 10 internos, 9 recaen y se hunden cada vez más y más, aun, con las nuevas y peligrosas sustancias, en mis tiempos, la droga mortal, fue la heroína, ahora, la droga de moda, es el cristal.- Los adictos mueren antes de cumplir 25 años, mueren en su proyecto escolar, claudican a sus estudios, por supuesto, que mueren en otras áreas, como en lo laboral, lo social y familiar, hasta que finalmente se hacen inquilinos de los panteones municipales.
La dedicatoria de este esfuerzo
Al adicto, atrapado en las garras de La Saliva del Diablo, a ese ser humano maniacodepresivo, al ludópata, adicto al juego, a los farmacodependientes, drogadictos por prescripción médica, a las víctimas de bulimia, disorexia y obesidad, a los adictos a los gimnasios, activos de la disorexia, también, dedico mi trabajo a los adictos al adicto, a los de la pornografía, el sexo, las mentiras, corrupción, a los que han intentados quitarse la vida, adictos sufrir y a la autodestrucción, a los matrimonios jóvenes con antecedentes genéticos de neurosis, alcoholismo y drogadicción, también a los mentores, padres de adictos y en sí, para toda aquella persona que se siente identificada con las enfermedades emocionales y mentales, manifestadas de muchas maneras- Hay un contenido para la reflexión para las personas enfermas de ego, por demás soberbias y por ende son tóxicos, que no aceptan, ni tienen la humidad de pedir ayuda para enfrentar su condición emocional, el vacío espiritual se encuentra a flor de piel-