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Focos rojos
El primer foco rojo en materia de seguridad para la actual administración estatal se encendió en las carreteras de Tamaulipas, en específico en la Y griega de San Fernando, con el despliegue de más de una decena de camionetas con hombres armados.
La escena inicialmente se difundió a través de los grupos de WhatsApp de los tamaulipecos y tiende a reflexionar sobre la estrategia de seguridad que se sigue actualmente, porque este tipo de escenarios se habían dejado de ver en la entidad desde hace al menos siete años.
Y aunque se desplegó por parte de la Secretaría de Seguridad Pública el despliegue de las Fuerzas Especiales de Seguridad, que lograron contener a dos personas armadas y retirar los bloqueos carreteros que se realizaron en las vías a Reynosa y Matamoros, los hechos ahí están. Deben de tomarse con mucha seriedad.
En esta zona, en la Y griega durante mucho tiempo han existido operativos del Instituto Nacional de Migración, de la Guardia Estatal, de la Guardia Nacional e incluso de autoridades fiscales en los tiempos del panismo, donde éstas fueron acusadas de hechos de corrupción.
Sin embargo, todo este personal no estuvo presente en el momento del desplazamiento del convoy armado, ahí es una señal de alerta para las autoridades que se encargan de ese tema.
En otros temas, ya son seis meses de administración y en toda administración gubernamental que entra es normal que se establezca una curva de aprendizaje, en donde los funcionarios que reciben llegan, aprenden de los procesos y los procedimientos que hay que seguir en sus puestos.
Las leyes que hay que seguir, que hay que respetar y los documentos que se deben de presentar para
realizar una u otra acción, sin embargo, aún hay directivos, subsecretarios, coordinadores que a seis meses de estar al frente de su dependencia aún no saben cómo funciona el sistema.
Hay casos en los que se presentan proyectos y no están totalmente justificados, hay casos en los que solicitan la contratación de un bien o servicio y el pago lo quieren para dos o tres días, cuando éste lleva al menos 45 días para desarrollarse.
O hay quienes piden realizar cierta acción y funciones bajo la premisa de que es una orden del secretario o del propio gobernador. Esto, de seguir así, puede generar un escenario catastrófico en cuestión de presupuesto o rendición de cuentas con la auditoría federal o estatal.
Así que sería bueno que se les haga entender que el funcionamiento de un gobierno no es de un día para otro; los permisos, las compras, contrataciones o integración de expedientes deben seguir reglas estatales o federales.
Si así lo quieren hacer, pues está bien, sólo recordemos todas las omisiones de la administración estatal pasada y cuál fue su triste final.