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Don Quijote de la Mancha

Es difícil hablar de esta creación del novelista, soldado, poeta y dramaturgo español Miguel de Cervantes Saavedra, cuya primera parte se publica bajo el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. 

Cervantes escribe el libro en forma de expresar su descontento con lo que está ocurriendo en ese periodo, es por esto que crea a don Quijote como un caballero medio loco que persigue sus sueños, que ya abordamos en una edición anterior.

Don Quijote de la Mancha

En esta ocasión haremos una breve recorrido por los primeros cinco capítulos del libro. 

Si prestamos atención a la estructura parecería un cuento, es decir, cuentan con los elementos necesarios para que esos cinco hubieran sido una pequeña historia y ahí hubiera terminado la cosa. Si bien es cierto estos cinco capítulos en conjunto no han tenido el merecimiento de una atención extraordinaria de la crítica y se les ha hecho un estudio por tanto un poco peregrino diría yo. 

Pero a lo que voy es que como ya lo mencioné antes, hay quienes componen en unidad los primeros cinco capítulos, pienso que Cervantes utilizó esta estrategia como una manera de presentar el libro y no como se podría suponer que dicha media decena de capítulos conformaron un cuento sobre el cual Cervantes desarrolló el resto de la primera parte, tal y como si se tratara de una especie de palimpsesto, tan es así que de ahí escribe la segunda parte de su obra diez años después.

Después de un muy buen prólogo escrito por el propio autor, que dicho sea de paso recomiendo ampliamente la lectura del mismo si es que han decidido enfrascarse en la lectura del libro, en el capítulo inicial Cervantes nos presenta a su personaje y aunque el autor describe a un hombre normal de unos cincuenta años de edad que tiene afición por la cacería, y es dueño de una vida apacible en su casa acompañado de un ama más o menos de su misma edad y de su joven sobrina, Cervantes hace mención del nombre de nuestro hidalgo, pero lo da de forma dudosa al que llama Alonso Quijada o Quijana y en otras ocasiones dentro del texto lo hace llamar Quesada. Así Cervantes juega con la confusión de los nombres del protagonista y se dice que fue para hacer referencia a tal apellido que era tan popular en aquella zona.

También lo que está envuelto en un halo de confusión es el punto exacto de ese “Lugar de La Mancha”, ¿pero cuál lugar? Si La Mancha es enorme. Decía Lino García ahora profesor emérito de la Universidad de Texas Río Grande Valley, y una de las personas de mayor autoridad para hablar de este tema que Cervantes no había dado el lugar exacto de La Mancha para de esta forma hacer un homenaje a toda aquella región donde se desarrollan las aventuras de nuestro ingenioso hidalgo.

Así pues, nuestro protagonista aparte de la cacería tiene una afición más grande, la lectura de novelas de caballería de las cuales su favorita, según palabras del autor fue el Amadis de Gaula, de hecho una vez que Quijana haga su transición tendrá como ejemplo caballeresco a este mítico personaje.

Pero para convertirse en caballero primero tenía que hacer de tres cosas: Conseguir un nombre para si mismo y escogió uno que generaría eco para la posteridad, “Don Quijote de La Mancha”, en alusión a los nombres de los demás caballeros que don Alonso como lector disfrutaba en sus ratos de lectura que eran muchos y, por los que aseguran sus amigos el cura y el barbero del pueblo se le había secado el cerebro. Como ven aparece por primera vez la figura del barbero.

También se hace de unas armas que pertenecieron a sus antepasados y saca del establo a un viejo caballo al cual nombra Rocinante.

Ya solo faltaba conseguirse a una dama, a la señora de sus pensamientos. Así que elige a una moza labradora vecina del pueblo a la que nombra Dulcinea del Toboso. La muchacha ni en cuenta de que ella ahora era Dulcinea así que Aldonsa Lorenzo pasa a ser la última condición cumplida para que Quijana pudiera convertirse en caballero.

La semana que viene continuaremos con el resto de los primeros cinco capítulos para que puedan ustedes tener oportunidad de leerlos o escucharlos por internet y si tienen el libro mucho mejor.

Para concluir me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. Aprovecha cada día al máximo, “Carpe Diem”.

¡Hasta la lectura siempre!