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Un gobernador de resultados
En política hay que sanar los males, jamás vengarlos
Napoleón Bonaparte
La vida de un gobernante ofrece siempre un ejemplo positivo o negativo para cualquier sociedad. Así pues, los estudiosos hablan de cómo la ejemplaridad pública ha sido, desde tiempos inmemoriales, un principio rector en la vida de los pueblos. Tamaulipas no ha sido la excepción. Nuestra historia nos muestra el ejemplo de personajes, que por su actuación en la vida pública se han constituido en referentes sociales. Norberto Treviño Zapata puede ser considerado como un ejemplo por diversos factores, especialmente por los resultados de su gestión como gobernador de Tamaulipas.
Para el doctor Treviño Zapata, la política fue origen y destino. Hijo de un reconocido médico matamorense, Don Rafael Treviño Garza, quien se sumó como médico a las fuerzas constitucionalistas en los aciagos días de la Revolución Mexicana, Norberto heredó de sus ancestros el don para el servicio público, que fue alimentándose después de un ambiente propicio donde la educación, el contacto y la experiencia junto a otras personas, definieron la vocación política de quien gobernaría Tamaulipas en el periodo de 1957 a 1963.
Distintas etapas de acción y formación vivió Norberto Treviño Zapata antes de arribar como gobernador de Tamaulipas. Por principio, su niñez en la farmacia de su padre, donde empezó a conocer de las necesidades y el dolor de la gente, después su paso por la Escuela de Medicina que fue definitiva en el descubrimiento de su ser político, y más tarde el encuentro con personajes notables como Adolfo Ruiz Cortines, quien fue sustento fundamental en su carrera médica y política. Galeno de probada vocación, el joven profesionista fue reafirmando a cada paso y en cada espacio su capacidad para escuchar, empatizar y actuar, que después serían claves en su ejercicio profesional de la política. Significativos vínculos entre medicina y política que se hicieron evidentes en la carrera del brillante gastroenterólogo tamaulipeco.
David Owen, reconocido médico-político inglés, que ha dedicado gran parte de su vida al análisis de la interrelación entre política y medicina, sostiene que como los médicos, también los políticos tienen en sus manos la vida de las personas, puesto que toman decisiones trascendentes en la vida de la gente que gobiernan. Y si la política ha sido definida como el arte de lo posible, en el caso de Norberto Treviño Zapata, los hechos hablan de posibilidades convertidas en realidades, pero también de responsabilidad y respeto en la toma de decisiones susceptibles de impactar a una comunidad. Ejemplos sobran para mostrarlo: la profunda transformación hospitalaria en su tiempo de médico funcionario, las campañas de medicina popular, higiene escolar y prevención de enfermedades, y después las acciones emblemáticas de su tiempo como legislador y gobernante.
"En un país como México, la política debe interpretarse como servicio social permanente a la comunidad", solía decir el doctor Treviño Zapata. Y no sólo lo decía, lo hizo posible cotidianamente durante toda su trayectoria vital. Así llegó el 5 de febrero de 1957 a gobernar nuestro estado en un acto donde declaró: mi política fundamental es el trabajo. Las obras y acciones de su gobierno validaron su discurso. La política adquirió su verdadero significado al ser vehículo para el cumplimiento de los anhelos de los tamaulipecos. Al llamado de Tamaulipas construye se gestó una impresionante obra social reflejada en carreteras, apoyos importantes a la educación, al campo y turismo; y por supuesto mucha atención a la salud. La obra política fue también de enorme trascendencia: abono a la cohesión partidista, apertura a la participación de nuevos grupos de mujeres, inclusión de todas las regiones, alianzas con grupos empresariales, obreros y campesinos y muy especialmente la creación de nuevos cuadros políticos con jóvenes tamaulipecos que además fueron incluidos en el gabinete estatal.
Honesto, con visión humanista y convencido del poder de la cultura como esencia de la integración social, el máximo líder tamaulipeco hizo de la acción cultural un elemento para la cohesión entre todas las regiones de Tamaulipas. Un proyecto cultural incluyente y armónico en el que destaca la fundación de instituciones y procesos aún vigentes. La Casa del Arte, el Museo de Arqueología e Historia de Tamaulipas, el rescate y difusión de nuestros valores y tradiciones con la creación del Conjunto Típico Tamaulipeco, el impulso a la educación artística con institutos regionales de bellas artes, la construcción de bibliotecas públicas. Para destacar igualmente, el impresionante apoyo e impulso a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, referente de su administración.
En suma. Hablar de Norberto Treviño Zapata es hablar de un gobierno de resultados. Un ejercicio público no exento de problemas y conflictos, pero con evidentes logros sociales. Este 13 de agosto se cumplen 23 años de su fallecimiento. Sus obras y acciones permanecen. A nosotros nos toca seguir su premisa y: "juntos, conocernos; ayudarnos".