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La nueva realidad
La respuesta de la madre Tierra a sus más feroces depredadores, ha sido contundente y sorpresiva. No hay en este momento quien pueda predecir con meridiana claridad qué va a pasar con la pandemia, que ya fue clasificada por la Organización Mundial de la Salud, como una enfermedad endémica; esto es que luego de ser controlada la pandemia puede haber rebrotes en los años por venir, como ha venido ocurriendo con otros virus que hasta décadas previas eran prácticamente desconocidos, como el VIH.
Ante esa posibilidad, es necesario que el ser humano se adapte a la nueva realidad. Que no sigan haciendo lo mismo que hacían cuando provocaron la reacción colérica del planeta, o que si lo hacen estén conscientes del pago de la factura que llegará en cualquier momento. Mientras tanto, es necesario entender la postura y las recomendaciones de las autoridades que proponen un pronto retorno a clases presenciales en la mayor parte de las escuelas, excepto en las que se observen condiciones anómalas.
De acuerdo a las opiniones y recomendaciones de la Unicef, la instancia de la Organización de las Naciones Unidas dedicada a la niñez: "Como en muchos países, a nivel local se ha identificado el impacto secundario de esta emergencia en la situación emocional de chicos y chicas, en cambios en los hábitos de sueño y alimentación en los más pequeños, y angustia y depresión en los mayores, cambios que afectan el desarrollo emocional y cognitivo. La escuela, más allá de su función primaria en el aprendizaje, tiene un rol central en el bienestar integral de niños, niñas y adolescentes.
La información más reciente disponible a nivel mundial indica que, con las medidas de seguridad necesarias, las escuelas no son el principal factor de transmisión en la comunidad (UNESCO-UNICEF 2020). Mientras continúan surgiendo evidencias con respecto a los efectos de la educación presencial sobre el riesgo de infecciones por COVID-19, una revisión de la evidencia actual muestra que la educación presencial no parece ser el principal promotor de los incrementos de la infección, los estudiantes no parecen estar expuestos a mayores riesgos de infección en comparación con el hecho de no asistir a la escuela cuando se aplican medidas de mitigación, y el personal escolar tampoco parece estar expuesto a mayores riesgos relativos en comparación con la población general. Por estos motivos, cerrar las escuelas debe ser una medida de último recurso que solo deberá tenerse en cuenta tras haber considerado todas las opciones disponibles".
Además explica que: "Durante la pandemia de la COVID 19, muchas personas han comprobado cómo su vida familiar se alteraba debido a los confinamientos, el cierre de las escuelas y el trabajo a distancia. Numerosas familias han tenido que pasar mucho tiempo juntas en casa, sorteando una situación que generaba estrés e inseguridad. Muchos niños y niñas se han acostumbrado a que su padre, su madre o la persona encargada de su cuidado estuviera a su lado a cualquier hora del día. Hay quienes solamente conocen este tipo de situación". Pero, es claro que la vida no puede continuar así.
Por ello señala que: "Aunque las circunstancias varían mucho según el lugar en el que vivas, si tu familia se está preparando par realizar un cambio en los hábitos diarios debido a la reapertura de las guarderías, las escuelas y las oficinas, a continuación te ofrecemos algunos consejos para facilitar la adaptación de tu hijo o hija. ¿Cómo es la ansiedad debido a la separación? Entre los síntomas de la ansiedad por separación cabe destacar el llanto y un mayor apego cuando se produce una separación (aunque sea por poco tiempo) o cuando el niño o la niña se enfrenta a situaciones nuevas. Esto ocurre sobre todo entre los 6 meses y los 3 años, y es una etapa común del desarrollo en la infancia".
Luego responde a la pregunta ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo o hija para que sienta seguridad cuando regrese a la escuela? Puede que para facilitar que tu hijo o hija realice una transición a la escuela sin dificultades, y que tú lleves a cabo tu propia transición al trabajo, tengas que pasar por un proceso que exija tiempo y planificación. Para que la separación sea menos difícil, pon en práctica los siguientes consejos:
Escúchale: Tómate en serio sus preocupaciones y habla sobre sus inquietudes. En el caso de quienes son más jóvenes, puedes jugar a representar la forma en que será la vuelta a la escuela o pedirles que hagan un dibujo sobre todas las etapas del proceso, incluido el momento en el que tú vuelves a la escuela para recogerle. Ayúdale a prepararse: Aprende las nuevas normas de la vuelta a la escuela y repásenlas en familia. Pregunta cómo se siente ante la idea de regresar a la escuela y no dejes de informar a su profesor o profesora si tiene algunas dudas importantes. Mantén la calma: Recuerda que los niños y niñas están pendientes todo el tiempo del comportamiento de las y los adultos. Para ayudarles a relajarse y a sentirse en confianza, es importante que demuestres un comportamiento tranquilo. Prepara un plan de despedida: Para evitar que las despedidas supongan una situación difícil para quienes son mayores, puedes tomar las siguientes medidas: Intenta que las despedidas sean positivas; avisa cuando te vayas a ir; explica de forma clara y breve por qué te vas; recuerda que volverás a recogerle; no muestres dudas al marcharte; no regreses hasta la hora prevista; sigue la misma rutina cada vez que te vayas o les dejes.
En México, por las características del núcleo familiar, el impacto entre los niños y los jóvenes ha sido menor al de otros países; pero, eso no significa que se está generando un gran daño al desarrollo integral de los niños y adolescentes, ese desarrollo enraizado en el Artículo Tercero constitucional. De ahí que el regreso a las aulas, bajo cualquier circunstancia, es un imperativo que deberá cumplirse para bien de todo; pero, principalmente de las nuevas generaciones.
En México se ha elevado el número de contagios y de muertes por Covid-19; pero, las cifras no son mayores que las estadísticas en todo el mundo, pues la realidad es que la pandemia sigue y quizá llegó para quedarse.
Manteniendo las medidas de higiene y las precauciones recomendadas, el retorno a clases es seguro, o cuando menos tan seguro como en cualquier otro lugar, con la ventaja de que las nuevas generaciones podrán vivir su vida a plenitud.