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Fin del conflicto como entretenimiento
Ayer, la Cámara de Senadores de los Estados Unidos tuvo el primer avance de lo que puede ser el más importante paso para la recuperación de la economía norteamericana y, con ello, la de los países que se encuentran dentro de su área de influencia. El optimismo que ha generado la aprobación del paquete de inversión en infraestructura por mil 200 billones de dólares en esta primera instancia se deriva del hecho de que 19 senadores republicanos se unieron a los demócratas para sacar adelante la iniciativa.
Esa es la mejor señal; sin embargo, el proyecto deberá transitar por la Cámara de Representantes en donde hay algunas resistencias por parte de los demócratas que tienen la mayoría, por cuanto la actual presidenta, Nancy Pelosi, ha dicho que no se sumarán a la iniciativa si no viene acompañada de otra que destine cuando menos 3 billones de dólares para asuntos de asistencia social. Le han pedido que deje de asociar ambos planes y abandone la idea de condicionar uno a la aprobación de otro, sin dar respuesta.
El plan del presidente Biden, quien afirmó que: "Es la más importante inversión en tránsito público en la historia de Estados Unidos y la más importante inversión en ferrocarriles desde la creación de Amtrak, hace 50 años", comprende 550 mil millones de dólares en recursos frescos durante 5 años para remozar 20 mil millas de carreteras, 10 mil puentes y ferrocarriles, las tuberías de plomo de 400 mil escuelas, inversiones en energías verdes, incluidos autobuses eléctricos para las escuelas y servicios en línea para los más pobres. Internet de alta velocidad y una red de estaciones de carga de autos eléctricos.
La histórica votación se logró tras semanas de tensas negociaciones entre la Casa Blanca y un grupo bipartidista de unos 20 senadores que intentaban elaborar un paquete centrista que atraería a suficientes republicanos para unirse a los demócratas y superar el obstruccionismo para aprobar un proyecto de ley. "Cuando el Senado funciona con la mano abierta en lugar de con el puño cerrado, los senadores pueden lograr grandes cosas", dijo el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer, demócrata de NY, quien calificó el esfuerzo para revitalizar la infraestructura del país como la recuperación de décadas perdidas. "A pesar del largo camino que hemos tomado, finalmente, hemos llegado a la línea de meta".
Luego de conocer los resultados, el presidente Biden expresó que: "No hay puentes republicanos ni carreteras demócratas. Este es un momento que vive más allá de los titulares, más allá de las frases partidistas, más allá de la cultura de la indignación instantánea, la desinformación y el conflicto como entretenimiento. Se trata de que hagamos el verdadero trabajo duro de gobernar. Se trata de que la democracia sea beneficiosa para la gente Se trata de ganar el futuro". Luego dijo que el país está en la ola transformadora y la construcción de una economía de abajo hacia arriba y del medio hacia afuera.
Para el grueso de la población norteamericana, queda claro que la inversión en infraestructura es igual a empleos, crecimiento, ventaja competitiva y mejores vidas para millones. Quizá por ello algunos de los estudiosos en la materia han señalado que el histórico proyecto de ley de infraestructura bipartidista que el Senado acaba de aprobar que se llama Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos, debería llamarse ´Ley de Inversión en Infraestructura es Empleo´. El empleo perdido por la pandemia.
A diferencia de otros proyectos previos que se aprobaron sin un presupuesto bien sustentado, el de ahora no será pagado con con la creación de nuevos impuestos a empresas o personas, o un alza de los ya existentes, ni con el cobro de tarifas que deberán pagar los ciudadanos por el uso de las nuevas obras de infraestructura; sino a través de la recolección de impuestos no pagados por evasores y para los tenedores de criptomonedas y la recuperación de los fondos federales asignados para la pandemia.
No hay que ir muy lejos para entender que las acciones del gobierno de los Estados Unidos para la recuperación de la economía, tienen sustento en la propuesta de recobrar la economía real y con sentido humano que ya se está aplicando en otras partes del ancho mundo, en especial las que proponen una nueva transformación en el orden político, económico y social que no redunde en nuevas cargas sobre los causantes cautivos, sino que incorpore a quienes hasta el momento están ausentes de la carga fiscal.
El acuerdo bicameral ocurrido ayer, puede ser el principio de una nueva etapa de entendimiento entre los actores políticos de la nación más poderosa del planeta y el fin del "conflicto como entretenimiento".