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La luz al fondo del túnel
Tres acontecimientos ocurridos casi consecutivamente, permiten ver una luz al fondo del túnel que ha venido a constituir la migración masiva de familias que buscan llegar a los Estados Unidos en busca del sueño americano. No es un asunto que pueda resolverse a corto plazo por los muchos elementos que lo han generado y exacerbado; pero, ya se están fincando las bases para una solución viable, robusta y con gran sentido humano. Los países firmantes del T-Mec pueden ser un ejemplo en la solución del aprieto.
En primer lugar, hay que mencionar la designación de la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris como coordinadora de un equipo de expertos para: "Frenar el flujo de migrantes de México y Centroamérica, abordando las causas fundamentales de la migración y fortaleciendo las relaciones con los países de los que huyen. De igual forma, supervisará el plan de la administración para invertir 4,000 millones de dólares en las economías de Honduras, El Salvador y Guatemala, en un intento por reducir la violencia y la pobreza en la región". Biden reiteró que es la persona más calificada para este encargo.
Tan relevante es la designación, que a los pocos días el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a conocer que se había reunido virtualmente con la funcionaria en un clima de cordialidad y entendimiento. Tuiteó: "Platicamos con Kamala Harris, vicepresidenta de EU y encargada de atender el asunto migratorio en Centroamérica. Existe disposición de nuestra parte para sumar voluntades en el combate al tráfico de personas y protección de los derechos humanos, sobre todo de niñas y niños".
La segunda buena noticia es que el presidente Biden presentó al Congreso de su país un proyecto de presupuesto para el año próximo que contempla el ejercicio de 1.5 billones de dólares, con un alza del 8% con respecto del actual, destacando miles de millones más para el transporte público y limpieza ambiental, menos fondos para un muro fronterizo y ampliar el financiamiento para la verificación de antecedentes para la venta de armas, y destinar millones de dólares para lidiar con el número creciente de niños no acompañados que llegan a la frontera sur desde Centroamérica, incluidos 861 millones de dólares que habrán de invertirse para promover el desarrollo de esa región y así detener la migración.
Con ello, se da una gran coincidencia en la visión del problema de la migración y la forma de ponerle alto de una manera humana y eficaz, entre los dos presidentes y los funcionarios más importantes de ambas administraciones. Cabe señalar que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, recientemente manifestó a través de las redes sociales que: "Cada día queda más claro que un plan que piensa que existe un triángulo del norte tiene cero posibilidades de éxito", y se negó a recibir al enviado especial.
Eso lleva a la tercera consideración, dada a conocer ayer en un comunicado del asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en el sentido de que: "La embajadora (Roberta) Jacobson se comprometió desde el principio a trabajar en los primeros 100 días de la administración, y por tanto, se retirará de su papel como coordinadora al acabar este mes", a lo que doña Roberta respondió que: " Me voy llena de optimismo. La dirección de la política es claramente la correcta para nuestro país". ¡Gulp!
La salida de Jacobson, en la que se habían cifrado grandes esperanzas por su eficacia en el desempeño de sus tareas, era de esperarse por varias razones. La primera, que no entendió la empresa que le fue asignada en relación con los asuntos de la frontera sur, evidenciada cuando pidió a los los migrantes ya no ir a los Estados Unidos porque ya no se les iba a aceptar; la segunda que han empezado a cuestionar el ejercicio de los fondos que recibió para la Iniciativa Mérida, muchos de los cuales fueron para financiar a las famosas organizaciones no gubernamentales o de la sociedad civil, nidos de corrupción.
Quizá hubiera sido más elegante para la coordinadora de Seguridad Nacional haber renunciado en cuanto se dio a conocer el nombramiento de la vicepresidenta para realizar las encomiendas que se le habían confiado; pero, no se dio por aludida y posiblemente siguió alentando a algunos de sus amigos en México.
Los resultados de estas acciones no se verán a corto plazo; pero, sí son el camino correcto para arraigar a la gente en su tierra y que los que quieran ir en pos del sueño americano lo hagan por su gusto y bajo su propio riesgo; si es de manera legal y ordenada, mucho mejor. La diplomacia y los buenos gobiernos están dando frutos.
Quizá sea posible volver a los tiempos de la buena vecindad fincada en la amistad.