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Crecimiento con desarrollo
Siete fueron los ejes rectores de la política económica que habrá de seguir el régimen de la Cuarta Transformación para cumplir los propósitos de crecimiento con desarrollo y bienestar social, según dio a conocer el nuevo secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, durante su ratificación en el Congreso. En su discurso quedó evidenciado el propósito de cerrar la enorme brecha que separa a los que tienen en abundancia y los que de todo carecen, haciendo válida la propuesta de justicia social.
Expresó el funcionario, al que le fueron reconocidas sus virtudes como economista con un conocimiento preciso de la realidad que vive el país, que: “Los principales pilares que definen económicamente a esta administración, son: la vocación social del Estado, la estabilidad macroeconómica, la austeridad republicana, el desarrollo productivo nacional, el apoyo al sector energético nacional, el impulso a la inversión y la potenciación de la banca desarrollo”, todos ellos acordes a la fórmula de economía mixta.
Quienes han logrado entender la política económica de esta administración y saben que era la única opción eficaz para detener los estragos del neoliberalismo, promotor de la corrupción, la complicidad de los agentes del Estado con el capitalismo feroz, y, finalmente, la impunidad rampante que les permitía vivir sin sobresaltos una vida de lujos y extravagancias, se han unido al amplio sector de los que ahora pueden comer tres veces al día y con manteca, y, por lo mismo, arropan esas decisiones.
La experiencia de Ramírez de la O como consultor del sector privado, le ha permitido tener una gran interlocución con los capitanes de empresa para llegar a coincidencias benéficas para todos. Por ello, anunció que el Estado debe alentar con decisión el crecimiento económico y la creación de empleos, a efecto de mitigar las condiciones de precariedad con bases sólidas que permitan fomentar la inversión y focalizar el capital humano (...) con el objetivo de un desarrollo económico incluyente en todo el país.
Como maná en el desierto fueron escuchadas en el recinto del Congreso sus palabras aladas cuando dijo que: “Vamos contribuir a la inserción laboral con seguridad en unidades económicas de todo tamaño; promover prácticas comerciales en igualdad de oportunidades, que nos lleven a una menor dependencia de mercados externos y mayor consumo local; apoyar todas las acciones del Ejecutivo para lograr precios equilibrados en la producción, y procurar una simplificación administrativa y regulatoria para negocios”. Otra vez, las propuestas de política económica de México hacen camino.
Igualmente fue recibida con entusiasmo la afirmación de que no habrá nuevos impuestos ni alza de los ya existentes; sino: “La transformación tributaria que buscamos está centrada en la simplificación, pues los contribuyentes pequeños y medianos no pueden cumplir con sus obligaciones mediante un sistema tributario complejo y costoso como el que tenemos actualmente. En ese sentido, se seguirá combatiendo la evasión y se promoverá el cumplimiento de las obligaciones fiscales, sin esconder impuestos mediante sistemas complejos y poco transparentes”. Todo cristalino como el agua clara.
Esa claridad deberá reflejarse en todos los ámbitos de la administración pública, por lo cual solicitó tener conocimiento de las operaciones que realizan las empresas productivas del Estado, tanto Pemex como la CFE. Explicó que Petróleos Mexicanos se recibió de la anterior administración prácticamente en ruinas, con una deuda colosal que se consideraba impagable, con cargas que estuvieron a punto de hundirla como los pasivos laborales y con una producción en franco declive. Ahora se busca estabilizar su economía y encontrar la manera de que vuelva a ser una empresa altamente rentable como lo fue.
Cabe señalar que el nombramiento de Ramírez de la O fue recibido con beneplácito desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo el anuncio. Gabriel Casillas, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), expresó: “Para los mercados es una buena noticia, es alguien que el presidente respeta mucho, conoce muy bien la economía mexicana. Los mercados le ven un plus: su cercanía al sector privado en México, ha trabajado por muchos años con las grandes y no tan grandes empresas en México. Les ha dado consultorías, ha sido miembro de los consejos de las empresas”. Así, todo está listo para ir adelante.
Llamó la atención de que sus proyecciones de crecimiento fueran conservadoras, lo que puede indicar que tiene los píes sobre la tierra.