Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
Tatuajes del niño mal hecho
Mal de muchos, consuelo de tontos
Recorro un buen número de escuelas, antes de iniciar mis platicas, me coloco en la entrada de salón o el auditorio, los alumnos pasan a un lado de mí, son extremadamente contados, los que detienen su paso para decirme.- Buenos días y regalarme una sonrisa, de igual manera los niños que te saludan de mano, simplemente, te ignoran, nadie les ha enseñado las normas de cortesía, que incluyen saludar, respetar y ser amables con las personas, carecen de educación y lo mismo sucede con los adultos, por ejemplo, a la salida de misa, los creyentes son unos perfectos desconocidos, no se dirigen la palabra, pocos son los que saludan y se despiden, así sucede en los centros de trabajo, todo el mundo vive su propia vida, reinando la apatía, descortesía y el desdén, no hay muestras ni de respeto, ni de afecto.
Chicos de hoy
Una tarde noche me quedé en la sala viendo televisión, un grupo de amigos de mis hijos tenía una fiesta en el jardín, eran más de 30 adolescentes, que en grupo de dos o tres entraban a la sala para ir al baño; el desfile fue muy largo, entraban y salían jóvenes a hacer sus necesidades durante las próximas cuatro horas, el perfil generalizado, fue la falta de educación y de respeto a una persona, pasaban como Juan por su casa, ni un con permiso, ni ni buenas noches, ni el me permite por favor su baño, fueron contados los que saludaron, dijeron gracias o con permiso, yo fui educado de otra manera y no es que sea cuadrado de pensamiento, pero estimo que muchos de los jóvenes de hoy, carecen de valores, principios, pero sobre todo de ejemplo y claro, de lo más esencial que para mí, es el respeto y tal vez el comentario pudiera parecer ridículo o absurdo, ante la ausencia de respeto, se diluyen matrimonios, se pierden amistades y el adicto jamás se recupera ni sale del mar de la mediocridad, al fin adicto, adicto por siempre.
¿Por qué te drogas?
A ciencia cierta, un buen número de adictos, no sabe por qué se droga, unos, dicen que es por el placer, otros por la sensación, el servicio que te da, otros opinan que es por gusto, en lo personal, yo me drogaba por mediocre, porque no me quería, me drogaba, por mi autoestima nula, por mi vacío espiritual, fumaba como chacuaco y decía absurdamente.- Si de algo me voy a morir, hay que saber de qué Yo me drogaba porque no me respetaba, no respetaba a mi familia, ni mi trabajo, ni mi vida, fui inmaduro e irresponsable, me faltaba en la vida aplicar mis valores, amarme a mí mismo y hoy lo sé, no me las doy de muy cuco, pero he visto morir a infinidad de adictos mediocres, que no quisieron, no pudieron respetarse, les valió monja todos los fondos que la droga los ha orillado, no fueron suficientes, Luis, abogado, con dos ranchos de cien hectáreas cada uno, casas, autos, propiedades, con familia, murió de una congestión alcohólica, se faltó al respeto toda la vida, no se quería y cuando no te quieres, no puedes querer a nadie y hace puedo narrar la vida de muchos más, todos ellos, mediocres, nacidos para perder que mueren, sin pena ni gloria, víctimas de esta perra, maldita enfermedad, perversa del alma.