Columnas > EL MURO S.A.
Muertos al closet
Pareciera que aún no cesan las llamas que calcinaron a 40 migrantes en una estación migratoria de ciudad Juárez.
Este hecho, sin duda que marca al sexenio de López Obrador. Cómo lo hizo el secuestro y desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en Iguala Guerrero, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
En ambos casos, inicialmente se minimizaron los hechos. Y aunque en el segundo, siempre ha prevalecido la sospecha que hubo complicidad del ejército y del gobierno.
En el caso Juárez, este fue un hechos terrible con muchas alertas previas que no se tomaron en cuenta con antecedentes muy graves de negligencia.
Existen más de 4 mil 400 denuncias ante la CNDH, por las condiciones de trato brutal, hacinamiento, carencias e insalubridad que existen en las estaciones de confinamiento del INM.
Pero la cereza en el pastel a manera de ejemplo es un hecho similar al de Juárez, con amotinamiento de migrantes que se registró en Tenocique Tabasco el 31 de marzo de 2020. Donde los migrantes recluidos en una estación del INM tenían varios días de encierro.
A manera de protesta también prendieron fuego a los colchones, como un similar a lo ocurrido en Juárez. En aquella ocasión, sólo falleció una persona y 14 más resultaron intoxicadas.
Resultado de ese hecho, la CNDH, giró la recomendación 69/200, al Instituto Nacional de Migración al que recriminó por las condiciones inhumanas de ese Centro de detención.
Pese a lo grave del incidente, no hubo castigo para funcionarios, como está ocurriendo en el caso Juárez, dónde puras 'perras flacas' se inculpa por los hechos. Por tal de librar de la quema a funcionarios de alto nivel como Marcelo Ebrard y al titular de Segob Adán Augusto López, que son corresponsables en la operación de esos centros y en el cuidar la integridad de los migrantes.
No son pocas las voces que acusan que la muerte de los hora 40 migrantes y de las lesiones que sufrieron 28 más, son un crimen de Estado.
Y pese a la gravedad de la tragedia, desde la presidencia socarrona y ladinamente se trata de culpar a otros de lo sucedido.
Lo cierto, es que estos 40 muertitos, los van a cargar hasta el final de su gestión y podrían sepultar en la misma tumba el proyecto transformador de la 4 T.
Cpmo ocurrió en el sexenio priísta de Enrique Peña Nieto, a quien los fantasmas de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, acabaron echándolos de Los Pinos a los priistas, porque como bien se sabe, los muertos que se quieren guardar en el closet, acaban apestando todo.