Columnas

Los sismos y la indignación popular

  • Por: SETH ROJAS MOLINA
  • 25 SEPTIEMBRE 2017
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Los sismos y la indignación popular

Tras los sismos ocurridos el 7 y el 19 de este mes en el sur y centro de la república, atestiguamos cómo creció el hartazgo social contra el gobierno, partidos políticos e incluso los medios de comunicación, principalmente la televisión.

La gente está ofendida porque la cadena de solidaridad que busca aliviar las penurias y el dolor de los damnificados, construida con una extraordinaria generosidad colectiva, ha sido manchada por acciones o la falta de ellas según el caso, de los gobiernos, los medios y representantes de partidos.

El caso de "Frida Sofía" sobreviviente inexistente al derrumbe de la escuela Enrique Rébsamen, ubicada al sur de la capital del país, provocó un daño muy grande a la imagen de la Secretaría de Marina.

Televisa buscando aumentar su audiencia transmitió horas desde el exterior de la escuela enfocándose en las presuntas labores de rescate de la niña sobreviviente.  

"Frida Sofía" encarnaba la esperanza que podría atenuar el dolor colectivo.

Cuando el subsecretario de Marina dijo que nunca habían tenido conocimiento del caso, la empresa sintió el efecto demoledor de las descalificaciones y los insultos de la población que los acusaba de inmorales por aprovecharse de la tragedia. 

Los dos principales conductores de la televisora casi con furia le exigieron a la Marina una explicación, una aclaración.

Al final los altos mandos de la dependencia hasta una disculpa tuvieron que dar por el manejo descuidado de la información.

Hay la percepción de que altos funcionarios de la dependencia fueron obligados a asumir la culpa. El daño estaba hecho a una de las pocas instituciones del estado que gozan de prestigio y reconocimiento entre la sociedad.

Luego vino la encendida reacción de la gente en contra de los partidos políticos. 

La propuesta de Andrés Manuel López Obrador para quitarle parte del cuantioso financiamiento que reciben para utilizarlo en la atención a los damnificados cayó en terreno propicio.

Los dirigentes partidistas fueron arrinconados por los reclamos de la población. Su descrédito aumentó y fueron colocados en el cadalso de la condena popular. 

Nunca como ahora recibieron tanto repudio. 

La indignación creció por las acusaciones en contra del gobernador de Morelos, Graco Ramírez, por obligar a quienes transportaban ayuda humanitaria para las comunidades de la región a llevar los vehículos a bodegas del DIF estatal.

Él y su esposa, presidenta de esa institución, inmediatamente salieron a desmentir los señalamientos. Sin embargo en las redes sociales hay videos que confirman esas acciones que incluso violentan derechos constitucionales como el de libre tránsito.

Una muestra de hasta donden puede llegar la indignación de la población se presentó en el poblado de Atlapulco en la delegación Xochimilco.  Un grupo de pobladores corrió al delegado Avelino Méndez reclamándole que los damnificados no estaban recibiendo ayuda.

El funcionario salió perseguido por los inconformes. Antes de subirse a la caja de un camión de redilas que pasaba por el sitio, Méndez recibió insultos, agua que le arrojaron los poblados e incluso varias patadas.


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