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La recuperación es sumamente difícil pero no imposible

Mal de muchos consuelos de tontos. Ante el problema de la drogadicción en el mundo, tratamos de tapar el sol con un dedo,  la cruda realidad, es que niños y jóvenes,  están muriendo,  siendo víctimas de los amargos estragos de esta maldita enfermedad perversa del alma,  perra enfermedad, desbastadora que no perdona ni edad, ni sexo, ni ideología,  ni situación económica, es una enfermedad qué arrasa y destroza a cualquiera,  es una enfermedad, que se encuentra a la vuelta de la esquina,  haciendo de las suyas,  ante la ignorancia,  la apatía y la soberbia social, por supuesto ante la posición cómoda del aparato gubernamental de lavarse las manos ante un severo problema de salud pública,  de evadir su responsabilidad y dejarla en manos de personas improvisadas,  que lucran con el dolor y la frustración familiar,  al tener un drogadicto en casa,  esta enfermedad,  genera múltiples daños tanto para el adicto la familia y la sociedad y en este juego de la compulsión,  definitivamente no hay quien le gane,  es una enfermedad incurable progresiva contagiosa, mortal, contagiosa,  es una enfermedad genética,  diabólica y que difícilmente el adicto logra recuperarse,  aunque no es  imposible.

 Todo lo que genera la enfermedad mental y emocional

La recuperación es sumamente difícil pero no imposible

Todos los hechos delictivos habidos y por haber,  tienen como antecedentes el uso y el consumo de algún tipo de sustancia tóxica,  tienen en su haber el daño emocional físico y mental de estos jóvenes que activan el río de sangre,  es decir los sicarios, sin duda, este cáncer,  es la gasolina del conflicto matrimonial, la enfermedad genera la violencia doméstica, así como,  la desintegración familiar,  por supuesto,  la infidelidad,  las mentiras,  el autoengaño y toda la decadencia de una relación de pareja,  esta enfermedad,  no nada más es alcohol y drogas,  provoca depresión,  apatía, tristeza, abandono de sí mismo y la víctima, o sea el adicto,  se torna un tanto vulnerable ante el cúmulo de emociones torcidas,  y a ciencias cierta no sabe ni cómo salir del infierno o del calabozo donde se encuentra,  se desconoce la magnitud de esta enfermedad,  maldita enfermedad perversa del alma en dónde no tenemos ni la más mínima noción hablando como sociedad de la magnitud del problema qué representa la enfermedad del alcoholismo y la drogadicción,  hay que sufrir las consecuencias de estos amargos estragos que provoca este cáncer social y hay que aceptar la ineptitud e indiferencia del aparato gubernamental que no tiene ni la más mínima intención de enfrentar a la enfermedad a pesar de que muchos funcionarios públicos,  viven la amargura detener un drogadicto en casa,  o vive en la dependencia a algún tipo de sustancia tóxica,  a pesar de qué son seres divorciados,  maltratados,  carentes de amor propio,  no tienen la sensibilidad de accionar soluciones,  para prevenir esta maldita enfermedad,  mucho menos tienen la visión de emprender un programa profesional de rehabilitación,  el cual han dejado en las manos en la mayoría de los casos de adictos en recuperación, léase, por favor entre comillas, salvo sus honrosas excepciones, son los  que improvisan y le hacen al terapeuta, padrinos de padrinos, con un esquemas terapéutico absoluto, tratando de salvar vidas cuando ha quedado claro el fracaso rotundo de los anexos donde se acredita qué década 10 internos 9 recaen y el otro vive prácticamente en borrachera seca.Comparte este artículo, puede salvar una vida.- ernestosalayandia@gmail.com 614 256 85 20