Columnas > ERNESTO SALAYANDIA GARCÍA
El gran escape del joven de hoy; jóvenes en fuga
Las drogas peligrosas están muy cerca de ellos
Esta es una severa crisis emocional que no es de ahora, ni reflejos de los amargos estragos de la pandemia, el cáncer emocional tiene años trasmitiéndose de una generación a otra, de abuelos a padres , de padres a hijos y de hijos a hijos; genéticamente, los niños nacen vulnerables, altamente sensibles a caer en las garras de las emociones torcidas, propensos a las tendencias alcohólicas, el uso de fármacos, el consumo de estupefacientes, nacen y se hacen dependientes, que también es una enfermedad emocional. Esta vida de adicto a sustancias y malos hábitos se arraiga en los hogares disfuncionales, donde estos niños, ahora de adultos, traen la genética hereditaria de la neurosis, la compulsión, ansiedad, la depresión y pésimos malos hábitos y costumbres tóxicas que heredan, trasmiten y arraigan a sus hijos; en ese sentido, niños y jóvenes en fuga de hoy tienen cómplices: las manos que mecen las cunas y empinan a sus hijos al infernal mundo de las emociones torcidas, confirmando que el adicto nace y se hace en casa. Una adicción es una compulsión que no puedes evitar, es involuntaria; la activa la ansiedad, que es la madre de las adicciones, muchas de ellas son incurables, progresivas, mortales, contagiosas. Hay adicciones aparentemente "sanas", como al trabajo, higiene, los trastornos alimenticios o los pensamientos psicóticos, patológicos, por demás obsesivos; adicciones como al chisme, a levantar falsos hablando mal y a espaldas de alguien, adictos a postergar, al fentanillo, heroína, cristal, nicotina, alcohol y muchas más que están a la vuelta de la esquina; la marihuana es un escalón de la muerte.