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El debate tamaulipeco
Aunque forman parte de la arquitectura de las campañas políticas, hace tiempo que los debates entre candidatos a cargos de elección popular dejaron de ser atractivos en México.
Nuestra democracia, pese a ser frágil y disfuncional, convirtió los debates en un elemento normal de la disputa por alcanzar el poder en una alcaldía, una gubernatura o la presidencia de la república.
La confrontación, cara a cara de los aspirantes, frente a las cámaras y los reflectores, dejó de ser desde hace muchos años un factor que definiera una elección.
Por supuesto, siempre será importante ver a los candidatos si tienen el aplomo, la habilidad y la personalidad para manejarse con soltura y, sobre todo, con ideas y propuestas, ante un micrófono, mientras miles de espectadores (en el caso de una contienda a gobernador) los observa por la televisión pública o por medio de las redes sociales.
Sin embargo, los debates dejaron de ser lo que fueron en otros tiempos, cuando el PRI reinaba como organización hegemónica, partido prácticamente único. Eran los tiempos de la lucha por impulsar la transición democrática, del esfuerzo de la oposición y de la sociedad civil por abrir los espacios en los medios de comunicación.
Memorable, histórico fue aquél primer debate presidencial en 1994, entre los tres principales candidatos a la presidencia de México: Ernesto Zedillo, del PRI; Diego Fernández de Cevallos, del PAN; y Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD.
Sí, eran los tiempos en que era impensable una alianza política entre esos tres partidos políticos, una coalición que en la actualidad resulta un vil atentado a las ideologías y una franca burla a quienes fundaron esos partidos. En fin, ese es otro tema.
En esa ocasión, 'El Jefe' Diego ganó el histórico debate tras cuestionar con dureza a Zedillo y darle con todo, que era su principal propósito, a Cuauhtémoc Cárdenas, quien nunca supo responder a la ofensiva del panista.
Seis años después, el priista Francisco Labastida Ochoa perdería el debate y, de paso, la elección por la presidencia de la república ante el panista Vicente Fox, quien prometía, como tantos otros, acabar con 'las tepocatas y víboras prietas' del priismo.
Al final, como otros panistas que conocemos muy bien en Tamaulipas, acabó apoyando a los priistas. Sí, en 2012, en una de sus tantas contradicciones absurdas, Vicente Fox pidió el voto a favor de Enrique Peña Nieto. Una cínica vacilada más del guanajuatense.
En 2016, en el debate entre los candidatos a la gubernatura tamaulipeca, Francisco García Cabeza de Vaca expresó su tradicional, por aquél entonces, grito de guerra: 'De que se van, se van'.
Sí, se refería a los priistas... los cuales, a la mera hora, no se fueron, sino que se incrustaron en posiciones de alto nivel del gabinete de los vientos del cambio, metidos ahora hasta la cocina en la Secretaría General de Gobierno y en la Secretaría de Bienestar Social, la que manejan a su completo antojo.
En ese primer debate, hace seis años, en algo que todavía resulta difícil de entender, Baltazar Hinojosa Ochoa se quedó callado durante 30 segundos del tiempo que le correspondía. La parálisis lo invadió y se quedó viendo a la cámara sin idea alguna por expresar. El priista, discípulo directo de Tomás Yarrington, fue la burla de esos días.
El próximo domingo tocará el turno a los tres candidatos que buscan la gubernatura de Tamaulipas para el sexenio 2022-2028: Américo Villarreal, de la alianza integrada por Morena, PT y Partido Verde; César Verástegui, de la coalición PAN, PRI y PRD; y Arturo Diez, de Movimiento Ciudadano. Afortunadamente sólo son tres y no ocho como sucedió en 2016.
No obstante, el primer debate solo durará una hora y cada candidato tendrá, en promedio, 14 minutos para expresar sus propuestas.
Tal como lo leyó: los candidatos contarán solamente con 14 minutos para exponer sus ideas y propuestas para un estado tan complejo como es Tamaulipas en tres temas vitales: desarrollo económico y empleo; salud; y seguridad pública.
¿Son suficientes 14 minutos para hablar de tres asuntos fundamentales para el estado? ¡Claro que no!... pero el IETAM tuvo la 'genial' idea de que el debate tuviera una duración de solo una hora. De risa loca la democracia tamaulipeca.
A pesar del tiempo raquítico que les dará la autoridad electoral para manifestar sus propuestas, habrá que ver y escuchar con atención a los tres candidatos a la gubernatura del estado. Habrá que verlos cómo se conducen ante las cámaras y los espectadores.
Como suele suceder, es seguro que los tres se van a declarar ganadores después del debate... pero eso será lo menos relevante. Lo trascendente será verlos frente a frente, aunque tengan poco tiempo para expresar sus ideas.
TAMPICO, NUEVA SEDE DEL TURISMO DE CONVENCIONES
Así es: la ciudad de las jaibas se ha convertido en la nueva sede de las convenciones realizadas por los diversos sectores productivos.
Prueba de esto fue la puesta en marcha ayer de la Sexagésima Asamblea General Ordinaria de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Cebú, evento que se realizó en el Pabellón Ganadero, en el Recinto Ferial, del Megaproyecto Turístico de la Laguna del Carpintero.
El acto inaugural corrió a cargo del gobernador del estado, Francisco García Cabeza de Vaca, así como del presidente municipal de Tampico, Chucho Nader.
Como invitados especiales asistieron los alcaldes de Madero, Adrián Oseguera, y de Altamira, Armando Martínez Manríquez.
Por supuesto, en la ceremonia estuvieron el presidente de la Asociación Mexicana de Criadores de Cebú, Ricardo Casanova Quintanilla; y el dirigente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas, Julio César Gutiérrez Chapa.
Durante estos años, Tampico se ubicó como uno de los destinos del turismo de convenciones en el escenario nacional. Buen y positivo punto.
Y PARA CERRAR...
Gabriela Rodríguez, ahora expresidenta del ONMPRI en Tampico, ya se sumó a la campaña de Américo Villarreal Anaya, candidato de Morena a la gubernatura de Tamaulipas.
Tal como se esperaba, muchos priistas prefieren apoyar a la Cuarta Transformación que ir en coalición con Acción Nacional.