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El amor y la amistad
El mes de febrero apenas comienza y ya vemos por todas partes corazones rojos, cupidos, promociones y ofertas de chocolates, flores, joyas, y todo lo relacionado, como si expresar el amor necesitaras de estas cosas. Si entendemos lo que es el amor y la amistad nos damos cuenta que las cosas materiales salen sobrando.
Para que exista una amistad verdadera tiene que sentirse alegría, o gozo, al disfrutar la compañía del otro casi todo el tiempo, y aunque de repente existan desacuerdos y desencantos, estos se superan rápidamente en nombre de la amistad. También tiene que haber aceptación, pues al amigo se le acepta tal cual es, sin fingimientos, sin necesidad de representar un personaje. La confianza, debe ser mutua, se confía plenamente, el amigo es confidente de secretos y anhelos.
El respetar los sentimientos, las ideas, y las acciones que lleva a cabo el amigo es indispensable para que la amistad perdure, lo mismo que la asistencia mutua, sobre todo en tiempos de necesidad, o un problema. Los amigos comparten experiencias, sentimientos e ideas que son espontáneos. Se sienten libres de ser auténticos a toda hora y en todo lugar sin miedo a ser juzgados ni criticados. Para seguir una fórmula podríamos decir que el amor es igual a la amistad pero con más pasión, más cuidado.
Cuando ya se cuenta con una amistad, pero se empiezan a desarrollar otro grupo de sentimientos, como por ejemplo la fascinación y la pasión, podemos decir que se está enamorado. Los que se aman se preocupan por el ser amado, piensan constantemente en la otra persona, quieren verlo, hablarle, estar junto a el en todo momento. Envuelve la exclusividad, esto es, estar totalmente comprometidos el uno con el otro. Y envuelve el deseo sexual, el sentir una reacción física cuando se esta cerca del ser amado, lo que involucra la química del organismo. Se puede querer mucho a una persona, pero si no hay química, entre hombre y mujer, la pasión no se enciende. La pasión puede darse con gran intensidad y luego irse opacando con los años, por lo que es igual de importante cultivar el cariño o cuidado desde el principio de la relación de pareja.
El cuidado del ser amado involucra el estar pendiente de su bienestar, procurar cubrir sus necesidades y hacer hasta lo imposible por solucionar sus problemas, a veces a costa de la comodidad propia. El estar siempre dispuesto a defender a quien se ama, ser su abogado, y hasta su vocero cuando deba hacer valer su opinión es parte muy importante de amarse.
Para celebrar el mes del amor y la amistad en realidad no necesitamos ni de tarjetas ni de regalos, sino de entender nuestros sentimientos y expresarlos correctamente.
Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también.
Mons. Juan Nicolau, Ph.D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.