Columnas - Eugenio Milla

De vampiros y algo más

  • Por: EUGENIO MILLA
  • 17 ABRIL 2022
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De vampiros y algo más

Estimado lector, mi propuesta para este día es hablar de uno de los arquetipos que más fascinación han provocado en prácticamente todo el mundo. Y es que quien no ha escuchado, leído o visto una película sobre vampiros. 

El mito del vampiro no es una invención nueva ni exclusiva del folclor de los Balcanes. La popularidad de este peculiar predador pasa a la modernidad durante el siglo XIX con un cuento relativamente breve. 

Si, me refiero a "El Vampiro" de Jhon Pollidori, un personaje que refleja el ideal que hoy tenemos acerca de un vampiro. En esta historia no es que el vampiro fuera hematófago, sino que su intención de alimentarse de sangre, así es como metafóricamente llamaría Marx en su Manifiesto Comunista al dinero, hace ver a un monstruoso ser que manipula con la peor de las intenciones a los miembros de la familia con la finalidad de apoderarse de su fortuna.

El personaje descrito por Pollidori encaja a la perfección en la descripción de un psicópata narcisista. 

Antes de continuar, hablemos de las características del género gótico. En primer lugar vendría siendo un subgénero del terror donde el entorno cambia de acuerdo a las emociones del personaje. Utiliza un estilo epistolar, es decir, cartas o diarios es otra manifestación típica de esta corriente. Esto claramente se puede apreciar en novelas como Drácula conformada por diarios y cartas. Cuenta por supuesto con elementos sobrenaturales y la intriga gira en torno a algún castillo o monasterio para enriquecer la trama. Tal y como sucede en Drácula, donde como ya sabemos que vive en un castillo pero también es dueño de la Abadía de Carfax en Londres, Inglaterra.

Antes de llegar a Drácula es necesario mencionar una novela que a mi gusto ha estado bastante desestimada, me refiero a Carmilla (1872), de Sheridan Lefanu, coetáneo y amigo de Bram Stoker autor de Drácula (1898).

La novela de Lefanu es una historia muy bien elaborada que toca temas que hubieran incomodado a cualquiera en aquella época. La homosexualidad y la pedofilia no son cosas nuevas, pero en pleno decimonónico, sin duda debió haber levantado ámpula entre los lectores. Es por esto que dicha obra no gozo de tanta popularidad.

No es sino hasta 1898 cuando sale a la luz, Drácula en la que Bram Stoker, da atributos vampiresas a héroe de Rumania, Vladislav Bassarab o como lo llamaron sus enemigos otomanos Vlad "Tepes" que significa "empalador",  una técnica utilizada como arma psicológica en la época medieval que consistía en dejar clavada a una persona en una estaca de madera. 

Dada la acción, Drácula ocupo los primeros lugares de popularidad y rápidamente fue traducida a varios idiomas. 

Esta obra sirvió como inspiración a muchos escritores, especialmente en Latinoamérica; Rubén Darío, Cortázar, Fuentes y en especial Horacio Quiroga se vieron influenciados fuertemente por Stoker. Para muestra solo hace falta fijarse en los detalles del "Almohadón" donde la similitud con la muerte de Lucy Westenra y el fallecimiento de Alicia son muy similares. 

Así pues la influencia de los vampiros ha estado y estará presente siempre, son un arquetipo que nunca morirá ni con una estaca en el corazón.

Para concluir con el artículo me despido esperando que tengas una semana muy aprovechada y llena de mucha lectura y descubrimiento. 

Aprovecha cada día al máximo, "Carpe Diem".

¡Hasta la lectura siempre!


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