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CÓMO SUPERAR EL DUELO DE UNA TRAGEDIA MASIVA

  • Por: MSGR. JUAN NICOLAU
  • 10 AGOSTO 2021
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CÓMO SUPERAR EL DUELO DE UNA TRAGEDIA MASIVA

Cuando los seres humanos enfrentamos situaciones que rebasan nuestra capacidad de comprensión de ciertos eventos pueden suceder dos cosas: que nos dejemos arrastrar por la autocompasión y permitir que la angustia nos paralice, o que enfrentemos con fortaleza el momento superando los problemas uno a uno, con la certeza de salir adelante.

Hace algunos años cuando un avión que salió de Malasia rumbo a China pero desapareció sin dejar rastro con más de doscientas personas a bordo incluyendo la tripulación, sumió en el dolor a cientos de familias que desde momento comenzaron a vivir una angustia impensable ante la incertidumbre de cómo y qué paso con sus seres queridos que iban a bordo del avión ese fatídico día.

Cuando de un momento a otro tantas personas perecen, es natural que la gente se pregunte por que pasan esas tragedias, desde el principio de mi apostolado hasta el día de hoy me han preguntado muchísimas veces el porqué a la gente buena le suceden cosas malas, mi respuesta es siempre la misma: “Solo Dios lo sabe”, y la verdad es que Dios nunca ha contestado esa pregunta.

Si leemos el antiguo testamento encontramos pasajes donde los profetas le preguntaban a Dios ¿Por qué? y no recibieron respuesta. Incluso cuando repasamos las siete palabras de Jesús en la cruz, en el último momento, El preguntaba a su Padre ¿Por qué me has abandonado? Dios, no le contestó. Y la verdad es que cuando nos preguntamos el por qué suceden las cosas malas, no esperamos una explicación inmediata, aunque en el fondo queremos discutir y argumentar, pues el coraje, la impotencia y la rebeldía son parte de las etapas del duelo.

Los seres humanos sufrimos por la incapacidad que tenemos para solucionar situaciones tan extremas, pero es en esos momentos que regresamos a lo básico, en el momento de enfrentar una tragedia es cuando nos damos cuenta que lo material no importa, que lo verdaderamente valioso es la vida, pues lo material algún día podrá reponerse. 

Lo primero que debemos hacer para superar esa gran incógnita del por qué suceden cosas malas, también no culpar a Dios. Dios no tiene la culpa, es culpa del hombre y sus malas aciones. Hay que reconocer que son errores humanos los que nos llevan a padecer, a veces por no saber discernir entre el bien y el mal, otras por el egoísmo, la indiferencia, la estupidez, la rebeldía, y todas las emociones humanas negativas que a veces nublan nuestro entendimiento, pero Dios nos ha dado el coraje para superar la tragedia, salir de nuestros duelos convertidos en mejores seres humanos, con mayor sensibilidad para acompañar a aquellos que sufren y saber impartirles calma y compasión cuando lo necesiten. 

En Isaías (43: 1-3) encontramos la promesa en las siguientes palabras: “No temas que yo te he redimido, te he llamado por tu nombre porque eres mío, cuando pases por aguas profundas no te ahogarás... cuando camines entre el fuego no te quemarás ni las llamas te consumirán. Porque yo soy el Señor tu Dios”.

Cuando los apóstoles le preguntaron a Jesús el por qué del sufrimiento, les contestó: “Benditos los que sufren porque ellos encontrarán el consuelo del amor de Dios”. 

Con la firme creencia que en los momentos de dolor es cuando Dios nos lleva de la mano, pidamos por todas esas personas que sufren del mundo y confiemos en que Dios les de fortaleza de espíritu y la esperanza que su ser querido goza del esplendor de su gloria. …Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!…Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.Vive un día a la vez! ... ignite the moment!…Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.

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