Columnas > ARTICULISTA INVITADO
Autoatentados y mentiras del PAN
Otra vez amenaza de bomba, ahora en el Tribunal Electoral; otra vez la sospecha de que el irresponsable es "El Cachorro" Cantú, diputado local y jefe estatal del PAN al servicio de Cabeza de Vaca.
Por sus antecedentes, a nadie se le quita la idea que fue el autor, directo o por medio de algún enviado, el que hizo la falsa alarma al teléfono 911 que distrajo a elementos de Protección Civil.
Quería culpar a sus adversarios de Morena, pero como dice el dicho: "hazte fama y échate a dormir".
En otra ocasión la amenaza panista -culparon a Cantú- fue sobre el Palacio Legislativo, que resultó igual, falsa. Buscaban evitar acuerdos del pleno que les quitaba poder.
Don Cachorro, con tal de sacar provecho para su partido y su jefe es capaz de "desmayarse" y que lo saquen en camilla del Congreso, aunque esté sanito.
Le falta un autoatentado -personal o a su partido- a balazos, lo cual pondría en riesgo vidas humanas y consecuencias que lamentar. No se mide el pela´o..
Y capaz de causar algún incendio ¿a poco no? con tal de sacar ventaja a sus contrincantes y tajada política.
La mentira es muy común entre grupos, partidos y candidatos en campaña. Le meten de más para cosechar votos y hasta en verdad ponen en riesgo su integridad física.
Esto nos recuerda que su patrón, Cabeza de Vaca, siendo senador, -28 de abril del 2014- inventó intento de secuestro cuando se dirigía muy temprano al aeropuerto de Reynosa. Le echó la culpa al gobierno estatal, igual que cuando era alcalde y denunció presunto secuestro, del que no aportó pruebas.
Le quiso hacer al héroe: "Una camioneta con gente fuertemente armada trató de detenerme y logré evadirlos".
En la desesperación por perder elecciones -y hasta el registro-, es una práctica común en el Partido Acción Nacional. Los objetivos por lo general son victimizarse o echar culpas a los contrincantes. No siempre les genera ganancias y quedan en entredicho.
Famoso en aquellos años el presunto ataque a balazos que registró la casa de campaña del entonces candidato a la alcaldía de Tampico, Jesús Nader Nasrallah en octubre del 2007. Nadie resultó lesionado ni con el pétalo de una rosa. Se habló de autoatentado para buscar "subir bonos".
En 2005, 17 de agosto, el recalcitrante Luis Alonso Mejía denunció que desconocidos le habían disparado a su compañera de partido Silvia Cacho Tamez, entonces regidora en Tampico y más tarde dirigente partidista. Nunca se confirmó.
Mayo del 2006, el propio "Loncho" Mejía habló de agresión a balazos en su contra, lo cual tampoco quedó probado.
A veces es cierto, contratan pistoleros "sin fama" o comisionan gente del partido, pero en otras son viles mentiras con tal de acusar a contrincantes.
Igual "famoso" este otro caso: En 2007, la senadora (de chiripa) Lázara Nelly González Aguilar dijo haber sido secuestrada junto con su chofer Guillermo López Laguna. Le echó la culpa al gobernador Eugenio Hernández Flores.
Horas después el chofer aclaró que él iba solo y se trató de un "borrego". Fue presionado por su jefa para que mintiera.
Años después, en 2013, López (había sido candidato a diputado) fue hallado muerto en su casa del 4 Carrera y Aldama, presumiéndose por causas del corazón.
Cuando Gerardo Peña Flores era candidato a la presidencia de Reynosa (colecciona derrotas), dijo que fue "levantado" por hombres armados, sin que se confirmaran hechos.
En entidades hermanas como Veracruz y Nuevo León, los del PAN han incendiado y chocado vehículos para victimizarse. Han detonado artefactos explosivos.
Por eso, ni tantito se duda que la mentira del artefacto explosivo en el antiguo Palacio Legislativo fue obra de los celestes con Luis René Cantú Galván, a la cabeza como autor intelectual. Ha ganado fama de mentiroso.
De los autoincendios ni para qué hablar. Por lo general los provocan funcionarios cuando la Ley los trae cortos y quieren desaparecer pruebas.
Por cierto, en el seno de la disputa por el control del Poder Legislativo, Morena hizo una jugada maestra que le garantiza la Junta de Gobierno, un nuevo ente que sustituye a la Junta de Coordinación Política que deberá ser entregada -si es que la quiere- al PAN, aun cuando no alcanzó el mayor número de escaños en la elección.