Temor por deportaciones masivas que Trump prometió: Se alistan escuelas para la turbulencia
Independientemente de si el presidente electo cumple o no su promesa, los hijos de los inmigrantes sufrirán, reportaron educadores y observadores jurídicos
Noviembre 28, 2024 -
CALIFORNIA, EEUU.- La última vez que Donald Trump fue presidente de Estados Unidos, rumores sobre redadas de inmigración aterrorizaron a la comunidad de Oregon, donde Gustavo Balderas era superintendente escolar.
Se corrió la voz de que agentes de inmigración tratarían de entrar a las escuelas. No había nada de cierto en ello, pero el personal escolar tuvo que encontrar a los estudiantes que estaban evitando ir a la escuela y convencerlos de que regresaran a clases.
"La gente simplemente comenzó a eludirla y esconderse", dijo Balderas.
Los educadores de toda la nación se preparan para la turbulencia, independientemente de si el presidente electo cumple o no su promesa de deportar a millones de inmigrantes que están en el país ilegalmente. Incluso si sólo habla de ello, los hijos de los inmigrantes sufrirán, reportaron educadores y observadores jurídicos.
Si "constantemente amenazas a la gente con la posibilidad de una deportación masiva, eso realmente inhibe la capacidad de las personas para funcionar en la sociedad y para que sus hijos obtengan una educación", dijo Hiroshi Motomura, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, campus Los Ángeles (UCLA).
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Para muchos, el miedo ya comenzó.
"Los niños todavía vienen a la escuela, pero están asustados", dijo Almudena Abeyta, superintendente de las Escuelas Públicas de Chelsea, un suburbio de Boston que desde hace tiempo ha sido la primera parada para los inmigrantes centroamericanos que llegan a Massachusetts. Ahora hay haitianos que están estableciéndose en la ciudad y envían a sus hijos a las aulas allí.
"Preguntan: ´¿Nos van a deportar?´", agregó Abeyta.
Muchos padres en su distrito crecieron en países donde el gobierno federal administra las escuelas y podrían pensar que en Estados Unidos sucede lo mismo. Al día siguiente de los comicios, Abeyta envió una carta a sus casas en la que les aseguró a los padres que sus hijos son bienvenidos y están seguros, sin importar quién sea el presidente del país.
Los funcionarios de inmigración han evitado arrestar a los padres o estudiantes en las escuelas.
Si los agentes de inmigración arrestaran a un padre mientras deja a sus hijos en la escuela, ello podría desencadenar un pánico masivo, dijo Angelica Salas, directora ejecutiva del grupo activista Coalition for Humane Immigrant Rights en Los Ángeles.
"Si algo sucede en una escuela, se propaga como un reguero de pólvora y los niños dejan de asistir a la escuela", expuso.
Balderas, que ahora es superintendente en Beaverton, un suburbio de Portland, dijo al comité escolar este mes que era hora de prepararse para un gobierno de Trump más decidido. Si los agentes migratorios actúan en las escuelas, Beaverton capacitará al personal para no permitir que ingresen a ellas.
Muchos funcionarios escolares se muestran reacios a hablar sobre sus planes o preocupaciones, algunos por miedo a llamar la atención sobre sus estudiantes inmigrantes. Un administrador escolar, el cual atiende a muchos hijos de inmigrantes mexicanos y centroamericanos en la región centro-norte de Estados Unidos, dijo que su escuela ha invitado a abogados de inmigración para ayudar a los padres a formalizar planes para el cuidado de sus hijos en caso de que sean deportados. El administrador habló a condición de guardar el anonimato porque no está autorizado a dar declaraciones a los medios.
Hablar en nombre de las familias inmigrantes también puede poner a los superintendentes en desacuerdo con los miembros de la junta escolar.
"Este es un asunto muy delicado", dijo Viridiana Carrizales, directora ejecutiva de ImmSchools, una organización sin fines de lucro que capacita a las escuelas para apoyar a los estudiantes inmigrantes.
Ha recibido 30 solicitudes de ayuda desde las elecciones, incluidas dos de superintendentes de Texas que no creen que sus juntas escolares conservadoras aprobarían ratificar públicamente el derecho de los estudiantes inmigrantes a asistir a la escuela ni los planes de distrito para rechazar a los agentes de inmigración.