Juega con el apocalipsis
L a semana pasada, científicos atómicos aseguraron que se vive el momento más critico de la historia reciente de la humanidad por el peligro de la escalada nuclear en conflictos geopolíticos.
Colocaron las manecillas de su simbólico reloj del “Día del Juicio Final” 90 segundos antes de medianoche
Coincidentemente, M. Night Shyamalan estrena Llaman a la Puerta, una historia que ocurre al borde del fin de los tiempos. Sin embargo, el cineasta no es tan catastrófico y abre la puerta a la esperanza.
“No puedo creer que el mundo es inherentemente un mal lugar, uno negativo. Creo que el universo es benevolente. Cuando vemos algo que ocurre mal, que es descorazonador, hay que verlo en un contexto más grande”, desliza en un encuentro con medios.
GRAN ADAPTACIÓN
“Sí veo cosas que pasan, la escalada..., la cual es atemorizante. Si no cambiamos nada, en 100 años esto se acabó. Lo creo. Pero también veo una acelerada en los cambios sociales. Antes tomaban 25 años, ahora 5. Todo se mueve en buena dirección. La pregunta es: ¿estamos cambiando lo suficientemente rápido?”
Adaptación libre de la novela “La Cabaña del Fin del Mundo” de Paul Tremblay, Llaman a la Puerta combina varias obsesiones de Shyamalan (El Sexto Sentido). Una de ellas, las resonancias religiosas.
Liderados por Leonardo (Dave Bautista) un grupo de aparentes fanáticos irrumpen en las vacaciones de una familia de dos padres gay (Jonathan Groff y Ben Aldridge). Llevan proclamas apocalípticas y exigen un sacrificio purificador.
SU VERSIÓN
“Fui a la escuela católica por 10 años. Sólo eran prohibiciones. Creo que no soy religioso, pero me acerco a la religión como narrativa, como una mitología que la gente querría que fuera cierta. Eso sí, me describiría como espiritual.
“Imaginar una versión real de esas ideas religiosas fue divertido para mí. En este caso, las personas que irrumpen en la cabaña parecen inapropiados para decir lo que dicen”.
VALORA SU FILMOGRAFÍA
Las primeras críticas que han aparecido sobre Llaman a la Puerta son positivas. Sin embargo, buena parte de los especialistas consideran que el mejor Shyamalan es el de sus inicios (El Protegido, La Aldea).
Hace tiempo, las opiniones negativas casi acaban con la carrera del director. Curado de espanto, se ríe de esa idea de que su cine más vibrante quedó atrás.
“Son narrativas reduccionistas, fáciles de pronunciar. Como si La Visita o Fragmentado no fueran importantes”.