Editoriales

Verdades de a kilo

  • Por: FORTINO CISNEROS CALZADA
  • 19 MAYO 2018
  • COMPARTIR
Verdades de a kilo

El presidente Enrique Peña Nieto, al promulgar la Ley General de Mejora Regulatoria, dijo verdades contundentes e irrebatibles. Aseguró que ésta es: "un antídoto contra la poca transparencia o la opacidad, contra la corrupción, contra la arbitrariedad, contra la ineficacia, contra la incongruencia y la falta de ética en el servicio público". Aceptar que esos males, como un cáncer severo corroen las entrañas de la patria, es alentador.

Es un ejercicio de autocrática que puede ser el principio de la rectificación a fin de rescatar algo de la autoridad que le fue confiada por la comunidad nacional. Más aún cuando agregó que: "la impunidad y la corrupción se incrustan en la sociedad cuando sus instituciones son débiles o deficientes. Esos males no desaparecen con buenos deseos, sino con instituciones que garanticen el cumplimiento de la ley". Un nudo en la garganta apareció entre los asistentes a la ceremonia al escuchar esta sano discurso.

Hizo notar el Presidente que la ley que hasta antes de las reformas aprobadas por el Congreso era conocida como Ley Federal de Mejora Regulatoria, será ahora una ley nacional, lo que viene a implicar que será una normatividad de implementación y cumplimentación obligada para todas las instancias de la administración pública, lo mismo federal, que estatal y municipal, de tal suerte que reduzca tramites y costos.

De manera concreta, con las nueva legislación, se: "1º.- Se eleva a rango de política de Estado la mejora regulatoria, obligando a las autoridades de los tres órdenes de Gobierno a perfeccionar sus regulaciones, simplificar sus trámites y mejorar sus servicios". 2º.- "Crea un Sistema Nacional de Mejora Regulatoria que vinculará a todas las autoridades públicas para que compartan una metodología común en esta materia. Crea 32 sistemas estatales de mejora regulatoria y transforma a la COFEMER (Comisión Federal de Mejora Regulatoria) en una Comisión Nacional que será la cúpula y el ordenador de todo este Sistema Nacional de Mejora Regulatoria".

Además: 3º.- "El Sistema Nacional concentrará en un solo portal de internet todos los requerimientos federales, estatales y municipales. Habrá un expediente único para que los usuarios no tengan que volver a entregar documentos que les fueron requeridos previamente". Y 4º.- "Involucra a la sociedad para que vigile realmente que lo que está plasmado en este nuevo ordenamiento se cumpla realmente, con la creación del Observatorio Nacional de Mejora Regulatoria". Bueno por donde se le vea.

Tanto, que el mandatario manifestó: "estoy convencido que el Sistema Nacional de Mejora Regulatoria que el día de hoy estamos promulgando, junto con el Sistema Nacional Anticorrupción y el Sistema Nacional de Transparencia, serán tres pilares del servicio público en el siglo XXI". La fiesta en que se transformó el evento por la buena nueva, no podía echarse a perder con algunas puntualizaciones acerca de lo declarado.

Porque, hablando de verdades de a kilo, una forma de expresar cuando lo que se dice es imbatible, no todos los actores de la función pública estuvieron de acuerdo con la nueva ley, pues algunos, como la Comisión Federal de Competencia Económica, dicen que ésta ley podría limitar o restringir las facultades constitucionales de creación normativa atribuidas a favor de la Cofece, las cuales tiene por objeto promover y proteger el proceso de competencia, además de generar confusión a propósito del uso de ciertas herramientas, como la emisión de lineamientos para regular el acceso a insumos esenciales que generan efectos anticompetitivos; pero, son pelillos a la mar.

Lo importante es que, en voz del mismísimo Presidente se haya escuchado que en este país tan castigado, es necesario crear instituciones sólidas y fuertes que resulten "un antídoto contra la poca transparencia o la opacidad, la corrupción, la arbitrariedad, la ineficacia, la incongruencia y la falta de ética en el servicio público".

Arrebatado por lo dicho, el líder de la Cámara de Diputados, Edgar Romo García, dejó escapar de su ronco pecho que: "En pocas palabras, la mejora regulatoria es mostrar una nueva cara del Gobierno, un rostro humano, amigable y consciente de las necesidades que los ciudadanos tienen; es hacer del Gobierno un amigo y no un obstáculo para el ciudadano".

En el aire quedó una pregunta: "¿Pa´cuándo?".




Continúa leyendo otros autores

DEJA TU COMENTARIO